Edimburgo, además de ser la capital de Escocia, fue designada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1995. Se trata de la segunda ciudad más visitada del Reino Unido, sólo superada en número de visitantes por Londres, y está considerada como una de las ciudades más impresionantes de la vieja Europa.

La ciudad se divide en tres áreas, Old Town —la vieja ciudad—, New Town —la parte nueva de la ciudad— y Leith, el puerto de Edimburgo. La parte antigua se estructura de forma medieval sobre una colina, por lo que las calles bajan en forma de estrechísimos callejones llamados closes,en torno a los cuales giran multitud de leyendas fantasmagóricas que guardan una estrecha relación con la epidemia de peste que asoló Edimburgo en 1644.

Fantasmas del pasado

El close más famoso es el que pertenece a Mary King. Cuenta la leyenda que con la propagación de la peste en la ciudad tapiaron todos estos callejones durante la noche y Annie, una niña que salió a la calle en busca de su muñeca, quedó atrapada en uno de ellos. Desde entonces muchos aseguran que se oyen sus lamentos.

En 2009 se volvieron a abrir todos los closes que conforman la ciudad subterránea de Edimburgo, que pueden ser visitados por los turistas a través de visitas guiadas. El Mary King’s Close es la atracción mejor valorada por los visitantes, y es tradición dejar algún muñeco para la niña. Dichos juguetes son donados posteriormente a los niños que más lo necesitan.

Haciendo honor a su fama de ciudad tenebrosa, Edimburgo es conocida por sus cementerios. El más famoso, sin duda, es el de Greyfriars, en el cual está enterrado George Mackenzie, el personaje más sanguinario de Edimburgo. Aquí, los visitantes relatan escenas paranormales y dicen oír las voces de los que no descansan en sus tumbas.

Los otros protagonistas de Edimburgo

Otro de los nombres propios de la ciudad es Bobby, el perro y mejor amigo de un policía que murió por tuberculosis en 1858. El perro no se apartó de su lado durante su vida ni tras su muerte, ya que permaneció al lado de su tumba hasta que 14 años después murió y fue enterrado junto a su amigo. Los ciudadanos de Edimburgo se encariñaron del perro, al que alimentaban y cuidaban día a día. La ciudad quiso inmortalizar esta especial relación en un monumento en su memoria que descansa al sur del puente George IV.

Si hablamos de cultura, Edimburgo evoca irremisiblemente la imagen del pequeño mago creado por J.K. Rowling, puesto que fue en una mesa de la cafetería The Elephant House donde la escritora pasó tardes enteras escribiendo la que hoy en día es la saga literaria más leída de la historia.

Si eres valiente y te gustan las historias de fantasmas, este es tu viaje perfecto. Y aunque no seas de los que viajan en busca de misterios, Edimburgo fascina a todo aquel que se adentra en tierras escocesas.