La transpiración sirve para eliminar toxinas, mantener el pH del cuerpo o estabilizar la temperatura corporal y resulta imprescindible para nuestro organismo. El sudor participa en este proceso al ser liberado por las glándulas sudoríferas de axilas e ingles, fundamentalmente en las que se desarrollan bacterias saprófitas que lo degradan y provocan esos olores que deseamos evitar.

Existen varias opciones para eliminar el olor corporal: una buena higiene para evitar la degradación del sudor; una nutrición adecuada para reducir las toxinas liberadas; la desodoración para enmascarar el aroma y la antiperspiración, para evitar la sudoración excesiva.

Para aumentar la eficacia recomendamos:

-Realizar una higiene que elimine la suciedad sin alterar el pH dérmico y la flora beneficiosa de la piel. Lo mejor es ducharse con agua templada, usando un gel natural que respete el pH de la piel sólo en las zonas “sucias” y secarse adecuadamente, sin que queden restos de humedad.

-Aplicar desodorantes naturales con pocos aromas y sobre la piel limpia y seca. Los hay específicos para cada zona. Si te “huelen los pies” aplícalo dentro de los zapatos.

-Cambiarse totalmente la ropa a diario. Opta por materiales naturales y transpirables (como el algodón) que mantienen la piel seca y sana.

-No repetir zapatos dos días consecutivos; debes ponerlos a secar hasta que se evapore el sudor acumulado. Evita que sean cerrados y no transpirables y, si usas deportivos, desátalos y ábrelos al máximo.

-Reducir el consumo de bebidas estimulantes de la producción de sudor como café, vino, cerveza, etc.

-Evitar las comidas abundantes, saladas y con especias que favorecen el acúmulo de sustancias volátiles malolientes.

-Cuidar el estrés. Las personas ansiosas y preocupadas en situaciones de tensión emocional “empapan la camisa” por la liberación de adrenalina.

Los desodorantes presentan varias formas cosméticas, lo que facilita su elección: barras, sticks, cremas, roll-on, aerosoles, toallitas de un solo uso, etc. Aunque su eficacia no tiene relación con la forma de uso, cada uno prefiere un método distinto por comodidad, facilidad de aplicación, etc. Lo mismo ocurre con los aromas, pues muchos usuarios prefieren que no tenga olor y otros quieren que coincida con la colonia que llevan y compran todos los cosméticos de la misma marca.

Cuando el exceso de sudor se convierte en un problema, acude a un especialista que indicará la necesidad de utilizar -o no- compuestos antiperspirantes que reducen la cantidad de sudor expulsada al exterior. Su composición está basada en la presencia de sales (de aluminio, zirconio, zinc, etc.) que crean una fina capa de gel sobre las glándulas sudoríparas, disminuyendo la cantidad de sudor durante horas. No manchan, no se notan y no huelen mal, pero deben ser recomendadas para cada caso específico. No los utilices sin el asesoramiento de un profesional.