Carmen Reija
Es tiempo de catarros y gripes. No hay que confundirlas pero tampoco preocuparse en exceso. Acudir al médico y seguir las pautas que él establezca son las mejores armas para luchar contra estas enfermedades que nos atacan sin piedad cuando llega la época fría. También puedes aprovechar las ventajas de la alimentación para mejorarte.
Cuando estás acatarrado o griposo, el médico se encargará de pautar los medicamentos más adecuados a tu estado y te indicará las medidas higiénicas recomendables para recuperarte rápidamente y evitar infecciones que puedan precisar tratamientos más contundentes como los antibióticos. Si a ello unes el consumo de ciertos alimentos te encontrarás ...
Cuando estás acatarrado o griposo, el médico se encargará de pautar los medicamentos más adecuados a tu estado y te indicará las medidas higiénicas recomendables para recuperarte rápidamente y evitar infecciones que puedan precisar tratamientos más contundentes como los antibióticos.
Si a ello unes el consumo de ciertos alimentos te encontrarás mucho mejor. Aunque los expertos no lo afirman con rotundidad, pues tienen datos epidemiológicos complejos, de todos es conocida la bondad de la vitamina C en estos casos, sobre todo a nivel preventivo y tras superar la enfermedad como reconstituyente. Y a ello nos vamos a referir. Se recomienda el consumo de alimentos ricos en vitamina C como las fresas, los kiwis, las naranjas, los pimientos, las coles o las espinacas y no tomar suplementos salvo expresa indicación médica.
Te proponemos varios zumos naturales como fuente de vitamina C. Es imprescindible prepararlos con mucha higiene para evitar problemas de intoxicaciones que generan, por ejemplo, diarreas. Lava tus manos y las superficies y utensilios que vas a utilizar (exprimidor, cuchillo, encimera, licuadora, etc.) y bébetelos pronto, evitando que estén expuestos a la luz y el calor porque la vitamina se oxida.
Anímate a preparar:
- Zumo de fresa. Lava las fresas e introdúcelas en la licuadora. Puedes combinarlo con limón o naranja.
- Zumo de granadas. El mayor problema es pelarlas y que los restos de las semillas pueden ser amargos. No importa, anímate a licuarlas y mezclarlas con agua o zumo de limón.
- Zumo de limón. Exprime el limón y mézclalo con agua. Si te resulta muy amargo, puedes añadir azúcar o un edulcorante como Stevia, aunque lo mejor es consumirlo al natural.
- Zumo de Kiwi. Pela los kiwis y ponlos en la licuadora. Puedes añadir agua, limón o naranja en función de lo que más te guste. Lo mismo ocurre con los endulzantes, elige lo que prefieras o tómatelo así.
- Zumo de pomelo. Opta por el que te resulte más sabroso, pues hay variedades muy amargas. Exprime el pomelo, añade agua y/o azúcar si te gusta más y bébelo cuanto antes.
- Zumo de mango. Pélalo con cuidado y elimina bien la corteza y la semilla. Ponlo en la licuadora y añade agua para que adquiera una consistencia agradable.
- Zumo de naranja colado o con la pulpa. Sea como sea, consúmelo antes de que pase media hora.
Puedes combinar las frutas o incluso añadir verduras (tomate, pimiento, etc.) y especias para mejorar la cantidad de vitamina C de tu bebida. En este grupo de aditivos naturales podemos destacar el cilantro, el perejil, el tomillo o el romero que, en mayor o menor proporción, la contienen y son una manera fácil de incrementar el potencial de tus comidas.
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