Lo más curioso de todo es que exteriormente no es un local que capte la atención de los viandantes, de hecho no es ese su fin primordial sino el de hacer que sus adscritos disfruten enormemente del ambiente creado en su interior. De ese modo, una cristalera negra y dos puertas blindadas es todo cuanto encontrarás en la fachada de la calle madrileña Antonio Acuña, número 19. Una tarjeta es la llave de este paraíso y su mejor contraseña para abrir sus puertas de par en par. ¿Te tomas una copa?

Decálogo del club privado

El número de socios está limitado a un total de 700 y para formar parte de esta comuna sofisticada es necesario pagar una cuota anual de 300€. Los beneficiarios a este club selecto pueden entrar cada vez que deseen con un máximo de 3 acompañantes.

Sus mayores privilegios residen en la exclusividad (no es necesario hacer reserva), y en la intimidad y privacidad que sigue a rajatabla la neotaberna. Las normas comunitarias forman parte de su modus operandi para mantener el orden y aquellos socios que las incumplan serán automáticamente expulsados. Respeto, discreción y la presentación formal a las féminas presentes a través de una muestra gentil en forma de botella de champagne, forman parte de sus principales directrices y bajo ellas se rigen.

La distribución y decoración de A de Arzábal

El local se divide en tres espacios diferentes. Uno de ellos es la coctelería para disfrutar de exóticos cócteles, tapas variadas y de una iluminación íntima. En la planta más baja disponen de un salón de uso exclusivo para socios con una decoración al más puro estilo inglés, donde no faltan cabezas de rinocerontes colgadas en la pared, así como baldosas y mobiliario vintage, sillones chester incluidos. También existen dos zonas reservadas para uso privado. Uno con capacidad para 4 personas y otro para un total de 12. Estos espacios gozan de un ambiente especial con poca luz y se accede a ellos a través de una escalera de caracol situada en la planta superior.

La gastronomía Arzábal

La carta de A de Arzábal lo conforman dos cocinas diferentes: tradicional y japonesa. Disponen de un espacio con una barra para poder crear y elaborar sus delicias asiáticas, como la ensalada de cigalas picantes, nigiris, makis y sashimis o su famoso atún flambeado. Entre sus platos predilectos de la cocina más clásica destacan: la coca de sardinas y verduras, croquetas de ibérico, arroz con pichón, embutidos ibéricos y rabo de toro, entre otros. 

  *Fotos: adearzabal.com