Estaciones pensadas por artistas que buscan llamar nuestra atención con detalles contemporáneos o con sabor a antiguo; con mosaicos antiguos o joyas barrocas que suelen ser comunes en las redes de metro de Centro Europa y Rusia.

De Italia a Estocolmo

Al sur de Europa puedes visitar Toledo en Nápoles, que se caracteriza por tener un diseño pasado en temas de luz y agua. Un proyecto llamado “Paneles de luz” por Robert Wilson ilumina los corredores de la estación de metro más futurista y que se encuentra en la red de la ciudad denominada Estaciones de arte del Metro.

Al oeste de Europa, te puedes mover por la línea de metro más antigua del mundo y visitar la estación de Metro de Westminster, de un diseño austero de hormigón y acero inoxidable en el que verás una gran belleza funcional.

En París, encontrarás la estación Paláis Royal, Musée du Louvre, con una entrada de estación poco convencional. El kiosko de los búhos nocturnos de Jean-Michel Othoniel entrelaza cuentas de colores deslumbrantes para formar dos cúpulas protectoras, dándole un toque de modernidad atrevido en un sitio rodeado de arquitectura clásica.

Al norte, en Estocolmo puedes viajar por T-Centralen en la que en la superficie te parecerá como otra estación más, pero una vez comiences a bajar verás que los cambios inesperados de color y forma revelan algo muy distinto y cuando llegues a la plataforma estilo cueva con colores fuertes de azul y blanco.

De Bilbao a Rusia, pasando por Praga

La luz también es el motivo principal de las estaciones de metro de Bilbao, que las conocerás con el sobrenombre de Fosteritos, haciendo referencia a su creador, Lord Foster, y que son estructuras transparentes que  permiten que entre bastante luz en el día y por la noche, se iluminan. Y si vas hasta Lisboa no puedes dejar de visitar la estación de metro de Olaias, un espacio lleno de color y fantasía que hasta el día de hoy permanece como una obra de arte moderno.

Por otro lado podrías decidir viajar gratis al centro de Europa y visitar la estación de metro Staromestska en Praga, cuyo metro merece un lugar en el salón de la fama de Europa por sus paredes metálicas rizadas distintivas en el túnel. Para finalizar el viaje por el centro de Europa, se puede visitar Varsovia y su estación Plac Wilsona que aparente haber sido construida por un OVNI.

En el este de Europa, en Rusia, hay dos estaciones que no te puedes perder, la de Komsomolskaya en Moscú, con decoraciones al estilo barroco, mosaicos históricos y cielos falsos con lámparas que se asemejan a los grandes salones de baile y la de Admiralteyskaya en San Petersburgo que provee un diseño clásico y moderno en convivencia.