De manera general, podemos indicar que utilizan alimentos de todos los grupos. Carne de cerdo (la más habitual), ternera, pavo, jabalí, conejo, etc. Embutidos (especialidad en la que son muy famosos). Pescados (trucha, arenques, salmón, etc. aunque no sea lo más tradicional en su cocina). Verduras (patatas, cebollas, rábanos, col fermentada, etc.). Lácteos (quesos, yogures, etc.). Pan (muchas variedades de gran interés nutricional). Postres (tartas de frutas, helados, etc.). Bebidas alcohólicas (cervezas, vinos, schnaps, etc.).

Si viajas a Alemania, podrás comprobar que desayunan mucho, especialmente los días que no trabajan, y toman pan, embutidos, quesos, foies, etc. A mediodía suelen consumir platos de carne acompañada de verduras o pasta y las típicas salchichas (sobre todo si están fuera de casa). La cena la hacen sobre las siete y suele ser ligera.

Si quieres disfrutar de una buena muestra de la cocina alemana, busca un local pequeño (gasthof) y déjate llevar. De todas maneras, puedes encontrar lo que busques porque se han instalado restaurantes internacionales de todo tipo.

Mención especial merece la col, que es un alimento de escaso aporte energético, pues presenta un bajo contenido en hidratos de carbono, grasas y proteínas. Contiene mucha agua y se considera fuente de fibra, vitaminas del grupo B (fundamentalmente B6), ácido fólico y minerales (potasio). Se le atribuyen propiedades diuréticas, que favorecen la eliminación de líquidos del organismo, con la consiguiente expulsión de sustancias de desecho disueltas en ellos. Se considera beneficiosa en problemas como: retención de líquidos, hipertensión y oliguria (baja eliminación de orina). Se recomienda a quienes tienen tendencia a formar cálculos renales. Está indicada también en dietas para diabéticos y de adelgazamiento.

No podemos olvidarnos del chucrut (choucroute o col fermentada) típicamente alemán que suele acompañar a las salchichas y los pretzel. Aunque el origen es austríaco, los alemanes lo utilizan con frecuencia. Se prepara a partir de la col blanca y es muy interesante a nivel nutricional por las propiedades de este vegetal y porque al fermentarla, en vinagre y a oscuras una semana, incrementamos su capacidad enzimática muy útil a nivel intestinal.

Puedes preparar sencillas recetas como:

-Ensalada alemana o de patata: Cuece las patatas con piel en agua con sal. Pela y córtalas en tamaño adecuado (dados medianos). Ponlas en un bol y aliña con sal, aceite y vinagre. Trocea pepinillos en vinagre y el embutido que prefieras (salchichas, jamón, mortadela, etc.). Cubre con mahonesa y mostaza suave. Remueve y guárdala en la nevera. Si no te gusta demasiado el vinagre, puedes eliminarlo y reducir el contenido en los pepinillos si los pones en agua unas horas.

-Salchichas con patatas: Cuece las patatas en agua con sal cortadas en discos. Rehógalas en la sartén con mantequilla. Cuece las salchichas y córtalas en discos finos. Añádelas sobre las patatas. Aliña con romero, orégano, pimienta y sal. Deja cocer removiendo hasta que estén doradas.

-Tarta selva negra: Prepara un bizcocho con harina, huevos, mantequilla, levadura, azúcar y cacao. Deja que se enfríe y córtalo en tres partes en horizontal. Prepara un almíbar con agua y azúcar y empapa el bizcocho. Mezcla nata con chocolate y cerezas (frescas o en conserva y así aprovechas ese almíbar). Puedes añadir un licor aunque no es imprescindible. Rellena las capas con el preparado. Cubre la tarta totalmente con chocolate fundido y adórnala con nata y cerezas. Guárdala en nevera.