Pero no toda es alta cocina de precios elevados que no se encuentra al alcance de muchos de nosotros. También hay productos franceses que usamos habitualmente y de los que disfrutamos con mayor o menor frecuencia: paté, baguette, queso, champán, vino, etc. Se pueden encontrar en diferentes puntos de venta y a precios bastante asequibles.

Los principales ingredientes de la cocina francesa son los panes, las hierbas aromáticas, la mantequilla, los quesos, la carne de cerdo, las setas, etc. y las bebidas alcohólicas como el vino, el cognac o el champagne.

En una comida tradicional francesa, puedes esperar encontrarte:

-Aperitivo, un vino o un cóctel con unos canapés, encurtidos o frutos secos como acompañamiento.

-Primer plato, ensaladas, crudités, quiche o sopas con distintos ingredientes.

-Plato principal, carnes o pescados con arroz o verduras.

-Fromage, una degustación de quesos que se consume antes del postre o en su lugar si prefieres evitar los dulces.

-Postre, deliciosa repostería variada (tartas, crepes, etc.)

Si viajas a Francia, puedes encontrar diferentes locales para comer. Restaurant, bistró, vinoteca, brasserie, etc. se mezclan en la oferta de las distintas localidades francesas. Elegir uno u otro depende de lo que realmente te apetezca ya que la oferta (y el precio) varían. También puedes encontrar cualquier comida internacional, pues se han instalado en el país todo tipo de centros de restauración (italiana, tailandesa, turca, etc.).

Son muchos los platos típicos que merecen nuestra atención por sus cualidades nutricionales y gastronómicas. No podemos citarlos todos y, lo mejor, es decidirse por el que más apetitoso nos parezca ya que no fallaremos. Destacaríamos:

- Quiche Lorraine, con queso, bacon y jamón por ejemplo, constituye un delicioso primer plato (o único). Puedes encontrarla en muchas panaderías españolas en las que los ingredientes varían: pollo, jamón, vegetales, etc. ya que lo admite casi todo.

-Ratatouille, perfecta mezcla de verduras (tomate, ajo, pimiento, cebolla, calabacín, etc.) con aceite de oliva y varias hierbas aromáticas (hinojo, romero, provenzales, etc.). Se sirve como acompañamiento de carnes, solo o acompañado de arroz o patatas.

-Crepes, deliciosos ya sean dulces o salados. La base es la misma (una tortilla fina preparada con harina, mantequilla, huevos, leche y azúcar) y el relleno lo decides tú: chocolate, crema pastelera, nata, huevo, jamón, bechamel, verduras, etc.

-Souffle (o suflé), preparado con una bechamel en la que se mezclan los ingredientes y claras de huevo batidas a punto de nieve. Ya sea dulce (chocolate, frutas, etc.) o combinado con productos salados (como el queso o el jamón) el resultado es sorprendente.

-Vichyssoise, crema de puerro, cebolla, leche, nata y patata que se consume fría. Su elaboración es sencilla y resulta muy nutritiva y agradable al paladar.

-Cassoulet, guiso de carne de cerdo con alubias blancas o frijoles y verduras. En cada zona y época del año añaden diferentes partes del animal. Resulta un plato contundente más recomendable en época de frío.

-Tarta Tatin, de manzana caramelizada en azúcar y mantequilla en la que las manzanas se disponen debajo de la masa lo que le da un aspecto muy original.

-Macarons, galletas tradicionales elaboradas con clara de huevo, almendra molida, azúcar glas y azúcar con una crema entre ellas. Quedan como minibocadillos de galleta y pueden tener diferentes sabores y colores. A los niños les encantan.