La ansiedad se dispara por motivos diferentes: reuniones con familiares que no soportas, comidas con compañeros de trabajo a los que odias, te toca prepararlo todo y no sabes por dónde empezar, etc. El estrés mantenido es muy dañino y afecta a todo el organismo, siendo las mujeres quienes más soportan los problemas cotidianos junto a la necesidad de “conciliar” (mágica palabra) y en esta época se ha disparado. Acude al médico, pues es el único capacitado para diagnosticar y tratar tu problema. Se recomienda:

- Buscar un rato para ti; dedica media hora al día a hacer lo que de verdad te apetece.

- Reducir los problemas o situaciones que te agobian; aprende a delegar.

- Ser positivo.

- Reorganizar tu día, analizando tu horario y racionalizándolo.

- Alimentarte mejor. Muchos nutrientes contienen elementos que reducen el estrés: frutos secos (pipas, almendras, nueces, etc.), arroz integral, vegetales (pepino, aguacate, apio, etc.), chocolate, etc. Bebe un vaso de leche templada antes de acostarte.

- Hacer ejercicio según tu capacidad física y preferencias.

- Dormir adecuadamente, fundamental para afrontar tus obligaciones con tranquilidad.

-En ningún caso debes automedicarte, tomar estimulantes, abusar de alcohol y tabaco, exigirte cosas imposibles o pensar que todo saldrá mal.

Si sufres insomnio habitualmente, en esta época puede verse incrementado. La recomendación sería acudir al médico para que valore la situación y busque la mejor opción. No te automediques porque no resolverás nada. Se aconseja modificar las actitudes perniciosas que no te dejan dormir y mejorar la higiene del sueño siguiendo sencillas pautas: no dormir la siesta, evitar bebidas y comidas excitantes, utilizar la cama sólo para dormir, relajarse antes de acostarse, mantener un horario de sueño y vigilia, etc.

Desde el punto de vista alimentario, deberías cenar alimentos saciantes pero fácilmente digeribles como ensalada y pasta o arroz (con pocos condimentos y especias), evitar las legumbres y otros alimentos que producen gases (porque no te dejarán dormir), no irte a la cama con el estómago vacío, no beber en exceso antes de acostarte y evitar alimentos diuréticos (como espárragos, cebolla, sandía o endibias) para reducir la cantidad de líquido y la diuresis.

Fitoterapia recuperadora Puedes aprovechar las bondades de algunas plantas para reducir los males que te acechan. Aunque la fitoterapia reconoce propiedades beneficiosas en muchas “plantas”, no deben ser consumidas sin la recomendación de los especialistas ni pueden sustituir los tratamientos farmacológicos prescritos por el médico. Consulta antes de tomarlas. Resultan interesantes:

-Para problemas digestivos Si necesitas ayuda para superar las digestiones lentas y pesadas, la pesadez estomacal, los gases o la acidez puedes usar anís, manzanilla, verbena, menta, hinojo, romero.

-Para depurar el hígado Órgano que sufre mucho por ser el encargado de metabolizarlo todo, especialmente el alcohol que se bebe con menor control y en mayor cantidad. Son adecuadas: boldo, diente de leon, alcachofera, cardo mariano.

-Para eliminar excesos Se recomiendan plantas que aumentan la diuresis, eliminan exceso de líquidos y toxinas, como por ejemplo, cola de caballo, abedul, ortiga verde, ortosifón.

-Para la ansiedad puede utilizarse tila, azahar, pasiflora, valeriana, melisa.

-Para aumentar la saciedad Y reducir la cantidad de comida que necesitas ingerir, se recomienda consumir fucus y laminaria.