Carmen Reija
Los expertos coinciden en el pescado es uno de los alimentos que debe de estar presente en nuestra dieta, en forma de varias raciones a la semana. Es un alimento muy beneficioso por sus características nutricionales, ya que constituye una excelente fuente de proteínas, minerales (hierro, magnesio, selenio, etc.) y ácidos grasos omega-3 y presenta un bajo contenido en calorías, grasas saturadas y colesterol. Pero no todo son ventajas, pues los estudios indican que acumulan cantidades importantes de metales pesados -principalmente mercurio- que podrían resultar tóxicos para el organismo.
Los metales pesados son elementos químicos del grupo de los metales con un peso atómico alto y una densidad superior a la del agua. Se han relacionado con compuestos de alta toxicidad o efectos medioambientales perniciosos como mercurio, plomo, cadmio o arsénico, aunque la IUPAC (Unión Internacional de Química Pura ...
Los metales pesados son elementos químicos del grupo de los metales con un peso atómico alto y una densidad superior a la del agua. Se han relacionado con compuestos de alta toxicidad o efectos medioambientales perniciosos como mercurio, plomo, cadmio o arsénico, aunque la IUPAC (Unión Internacional de Química Pura y Aplicada) considera que se debe cambiar esta terminología para clarificar la situación. Resultan tóxicos cuando son emitidos a la atmósfera por procesos industriales de interés humano y se acumulan en nuestro organismo.
Los que generarían mayores problemas de toxicidad son cadmio, cromo, plomo, mercurio, níquel y zinc. Podemos resumir sus efectos en:
-El cadmio causa daños renales y mayor fragilidad ósea.
-El plomo se adquiere por inhalación y consumo. La utilización de gasolinas ricas en plomo (usadas hasta hace pocos años) han generado niveles ambientales muy altos. Su elevada proporción se ha asociado al padecimiento de anemias.
-El arsénico llega a nuestro organismo a través del agua contaminada y se asocia con cáncer de piel, cambios en la pigmentación de la piel e hiperqueratosis.
-Niveles altos de zinc pueden generar problemas estomacales.
-El mercurio se incorpora a nuestro cuerpo normalmente a partir de la alimentación. Sus efectos tóxicos afectan al sistema nervioso y renal y puede trasmitirse al feto o al bebé a través de la placenta y la leche materna.
-El exceso de níquel puede causar problemas respiratorios.
-Altos niveles de cromo pueden causar problemas dermatológicos y respiratorios.
Aunque su origen e integración en nuestro organismo tiene varias vías, la principal por el volumen de formación se produciría a partir de los vertidos tóxicos de diferentes industrias. Así llegan al medioambiente y, a nivel de los peces, pasan al agua, son absorbidos por los microorganismos del plancton o las algas, de ahí a pequeños peces y a peces de mayor tamaño que se comen a los pequeños. Cuando consumimos peces contaminados, los metales que contienen llegan a nuestro organismo. Cuanto mayor es el tamaño del pez, mayor es la cantidad de mercurio que contiene, pues ha vivido más tiempo y se ha alimentado de mayor cantidad de peces contaminados.
Según un estudio de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, la pintarroja, el pez espada, los mejillones y los berberechos son las especies que acumulan la mayor cantidad de metales tóxicos como mercurio y plomo. Panga y bacalao congelado son los más seguros. Estos datos no implican que debamos renunciar a su consumo. Lo indicado es reducir el de los que contienen mayor cantidad a favor de los que tienen menos. Este equilibrio te permitirá mantener un nivel adecuado que no resulte tóxico. Consulta a tu médico.
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