Los errores más frecuentes en los que caemos cuando queremos perder peso rápidamente podemos resumirlos en:

-Saltar del sofá al ejercicio compulsivo. El sedentarismo no es lo mejor para tu salud y peso, pero tampoco resulta adecuado quemarse en el gimnasio sin control de un especialista. Haz ejercicio adaptado a tus características personales y no lo conviertas en una nueva fuente de problemas.

-Consumir productos mágicos. Que no sirven para nada y pueden resultar peligrosos para tu salud. No es beneficioso consumir diuréticos o laxantes sin necesidad, por lo que no caigas en el juego.

-Contar calorías. Es curioso ver que es en este momento cuando empezamos a leer las etiquetas con avidez intentando calcular cuántas consumimos. Olvídate de eso, simplemente no abuses de lo que ya sabes que es muy potente.

-Pesarte a todas horas. No es necesario hacerlo porque no indica nada. Seguro que conoces a alguien que se pesa tres (o más) veces al día cuando está a dieta. Es una obsesión innecesaria que no aporta nada. Lo normal es pesarse cada 15-20 días y observar la evolución.

-Eliminar nutrientes fundamentales. Las grasas y los hidratos de carbono son fundamentales para el organismo. No puedes excluirlos radicalmente de tu menú diario porque estarás reduciendo el potencial de tu cerebro y la energía necesaria para realizar tus actividades diarias.

-Hacer una dieta drástica. No tienes que renunciar a todo lo que te guste porque caerás en una espiral que te provocará problemas y seguro que dejarás la dieta porque la presión será demasiado fuerte para aguantarla.

-Dedicar poco tiempo a la comida. Lo primero que conseguirás es comer mucho más y lo segundo, fastidiar tu digestión. Aunque le damos poca importancia, masticar bien los alimentos es fundamental para sentirte satisfecho y favorecer la digestibilidad de lo que has ingerido. Mastica despacio y disfruta de cada bocado.

-Sufrir ansiedad. Necesitas relajarte para evitar comer compulsivamente y esperar ansioso a que llegue la siguiente comida del día. Haz ejercicios antiestrés y verás cómo se reduce tu necesidad de comer y comer cosas que no te benefician en absoluto.

-Abusar de los alimentos light. También te engordan aunque sea menor el contenido graso de estos productos. Puedes consumirlos pero con moderación.

-Vivir para la dieta. No puedes estar siempre así. Es necesario darse un respiro y disfrutar de un descanso semanal en el que te puedas permitir algún exceso sin sentirte culpable por ello.

Huye de las dietas “milagro” (hipocalóricas, excluyentes o disociativas), que prometen que perderás peso muy rápido, sin esfuerzo, de manera segura y sin riesgo para la salud y hacen recomendaciones dietéticas sin fundamento científico y con efectos secundarios perjudiciales: déficit de vitaminas y minerales, alteraciones metabólicas, y, en casos extremos, anorexia o bulimia.