Has ido acumulando grasa en la zona abdominal y tu barriga ha aumentado. No te amargues la vida y convéncete de que son varias las causas y muchas las soluciones. Te proponemos que analices la situación y adoptes las medidas adecuadas. Así:

-Evita el desequilibrio de calorías. Para quemar lo que ya has acumulado, no puedes seguir ingiriendo más de lo que gastas.

-Ten paciencia. Has pasado mucho tiempo sin cuidarte y la grasa no va a desaparecer sin más en unos días. Es necesario perseverar y plantearte que es una maratón, no una carrera de velocidad.

-No hagas dieta estricta durante la semana y te la saltes el fin de semana. El organismo se altera completamente y el metabolismo favorece la acumulación de más grasa en el abdomen... tu barriga crecerá y crecerá.

-No te saltes ninguna comida. Dejar de cenar o desayunar no es una buena opción. Los expertos señalan que es más sano comer cinco veces al día pequeñas raciones que hacer tres ingestas de mayor cantidad. Tu organismo necesita elementos concretos en cantidades determinadas y no resulta adecuado consumir un exceso de calorías y grasas saturadas, pero las modificaciones dietéticas deben hacerse bajo control médico.

A nivel nutricional se recomienda:

-Consume frutas, verduras y hortalizas de temporada ricas en agua y fibra. Una ensalada completa resulta perfecta; prepárala con piña para incrementar sus propiedades.

-No abuses de las proteínas de origen animal; elige pollo, conejo, pavo y pescado. Una rodaja de atún rojo a la plancha es una opción perfecta.

-Reduce el consumo de carbohidratos simples (azúcar, caramelos, bollería, etc.) y controla la ingesta de carbohidratos complejos refinados (pasta, por ejemplo). No debes eliminarlos totalmente de tu dieta, simplemente evitar su consumo excesivo.

-Opta por arroz integral, legumbres (bien preparadas para que no te produzcan gases), etc. Son guarniciones adecuadas que aportan la energía que tu organismo necesita a diario.

-Limita la ingesta de alcohol, embutidos y fiambres. Lo mejor es que te olvides de ellos.

-Consume lácteos desnatados y semidesnatados (leche, yogur, etc.) son fundamentales para tu organismo. Evita los quesos grasos y excesivamente salados.

-Hidrátate adecuadamente bebiendo agua, infusiones, zumos naturales, etc.

-Utiliza aceite de oliva. Limita el consumo de fritos, mantecas, cremas, etc. que aportan excesiva grasa y resultan difíciles de digerir. Cocina al vapor, en microondas, horno, etc.

Reduce el estrés. Intenta relajarte con técnicas específicas y reserva una parte del día para el ocio. Puedes practicar yoga, taichí o Pilates, que combinan la realización de un ejercicio relativamente suave y la posibilidad de recuperarte a nivel psíquico. Consulta con un especialista cuál se adapta mejor a tu estado de salud. También puedes acudir a las infusiones que pueden ayudarte si sufres estrés (tila, valeriana, amapola, etc.) Pregunta a los expertos.