Las lentillas no son para la piscina

Mirian Díaz

Si llevas lents de contacto lo mejor es que no las utilices para ir a la piscina ni a cualquier otro lugar de agua dulce como ríos o lagunas, pues tu salud ocular puede verse seriamente afectada. ¿Quieres saber porqué?

01/07/2015

El Instituto Oftalmológico Fernández-Vega y su especialista, el doctor Jesús Merayo, te ofrecen una serie de recomendaciones sobre el uso de las lentillas a la hora de acudir a cualquier piscina. Y es que en verano, la salud ocular se puede ver afectada por la exposición al sol y al ...

El Instituto Oftalmológico Fernández-Vega y su especialista, el doctor Jesús Merayo, te ofrecen una serie de recomendaciones sobre el uso de las lentillas a la hora de acudir a cualquier piscina. Y es que en verano, la salud ocular se puede ver afectada por la exposición al sol y al agua. En este sentido, las personas que acuden a una piscina pueden ser focos de contagio y en el agua pueden existir agentes infecciosos que, en definitiva, suponen un riesgo añadido para nuestros ojos, aún más para aquellas personas que utilizan lentes de contacto, al ser más vulnerables.

Consejos prácticos para los usuarios de lentes de contacto en verano

A la piscina, nunca hay que ir con lentillas, y eso es determinante. Los productos químicos que se utilizan en el agua de las piscinas pueden acarrear diversas infecciones como conjuntivitis. Pero además, hay un riesgo añadido, y es que todas aquellas aguas que no sean agua salada de mar, es decir, las aguas dulces de los ríos, lagos o piscinas, están expuestas a parásitos y bacterias. Uno de estos parásitos es la ameba y si se asienta en la córnea, puede causar infecciones graves que deriven en ceguera o al hecho de necesitar trasplantes a través de la cirugía.  

Para las personas que normalmente usan lentillas, es recomendable utilizar gafas de sol para protegerse de los rayos solares que pueden quemar la córnea y demás tejidos del ojo como la retina, y gafas de natación o buceo que estén graduadas para meterse en el agua. Y es que si el agua y el sol pueden producir efectos adversos en los ojos, las personas con lentillas son especialmente sensibles y delicadas frente a estas infecciones.

Esto es así porque los ojos tienen su propio sistema de defensa para protegerse contra estos parásitos o bacterias, pero las personas que llevan lentes alteran su superficie, haciendo que no estén tan bien protegidos. De hecho, más de un 90% de los casos afectados por la ameba, son personas que utilizan lentillas en su vida cotidiana.

De ese modo, se encomienda a los usuarios de las lentillas que no las utilicen cuando vayan a piscinas, ríos, lagunas o incluso saunas, y que, una vez salgan de estas zonas, procedan a ponerse de nuevo las lentes tras haberlas lavado adecuadamente con las soluciones y líquidos específicos para tal fin, nunca con el agua de grifo de lavabos o duchas.

 

  *Foto portada: @miestilobasico en Twitter

 

 

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