¿Conoces el origen de la ensaladilla rusa?

Maribel Martínez

Es uno de los platos estrella del verano: rico, fresco y saludable. En estas fechas, no hay que olvidar mantener una alimentación saludable y equilibrada. Y, ¡sí! Nació en Rusia, fruto de una casualidad.

16/07/2015

Corría el año 1860 cuando el chef Lucien Olivier Guillerminav, que regenteba el Hermitage, un prestigioso restaurante de San Petesburgo del que los escritoes Tolstói y Dostoyevski eran clientes habituales, y donde el compositor Chaikovski celebró su boda, vio com resignación cómo uno de sus comensales mezclaba todos los ingredientes de ...

Corría el año 1860 cuando el chef Lucien Olivier Guillerminav, que regenteba el Hermitage, un prestigioso restaurante de San Petesburgo del que los escritoes Tolstói y Dostoyevski eran clientes habituales, y donde el compositor Chaikovski celebró su boda, vio com resignación cómo uno de sus comensales mezclaba todos los ingredientes de una de sus recetas más delicadas. El cocinero, cuyo origen es incierto, pues no queda claro si nació en Francia, Bélgica o Bulgaria, la llamaba Mahonesa de faisán, y contenía faisán troceado, mezclado con dados de gelatinas de caldo y trufas, patatas, pepinos, cangrejo, caviar y trocitos de huevo duro para decorar. 
 
Tras el shock inicial, decidió probar él mismo lo que había hecho su cliente. Mezcló todos los ingredientes y sirvió así el plato en respuesta a la ignorancia de los comensales rusos. A raíz de un plato tan elaborado surgió esta mezcla llamada 'ensalada de Olivier'. El plato se convirtió rápidamente en referencia de la época y en una de las recetas más perseguidas, aunque nunca nadie descubrió la receta original lo que aumentó la leyenda del plato. 
 
La receta de la ensaladilla rusa ha ido incluyendo cambios a lo largo del tiempo y se ha ido adaptando a la disponibilidad de los productos de cada época. Actualmente encontramos diferentes variedades. Aunque cada región y cocinero incluya sus propios ingredientes, sus señas de identidad no han variado teniendo como base vegetales como los guisantes, espárragos, pimientos, zanahorias y patatas, además de huevo
 
 
Equilibrada, sana y con un alto contenido de nutrientes
La ensaladilla rusa es uno de los platos estrella del verano, sobre todo por lo fácil y rápido que es de preparar. En esta época, hacemos todo lo posible por pasar todo el tiempo libre del que disponemos al aire libre, en la playa, la montaña o en la ciudad, disfrutando del sol y el calor, y no encerrados en la cocina. Y muchas veces, resulta complicado elaborar un menú con las cantidades adecuadas de calorías y nutrientes esenciales para el organismo. 
 
La Asociación Española de Fabricantes de Vegetales Congelados, ASEVEC, nos propone el consumo de variedades de preparados y combinados, verduras ultracongeladas muy saludables y sencillas de preparar. Como, por ejemplo, la ensaladilla rusa. Las verduras llegan al consumidor lavadas, troceadas, precocidas y conservando todas sus propiedades nutricionales, sin aditivos y sin conservantes, fáciles y rápidas de preparar. También pueden ser consumidas en la cantidad deseada, conservando el resto de nuevo en el congelador. Esta practicidad se completa con sus propiedades saludables. Una ración de ensaladilla rusa de 200 gramos tan solo contiene 252 kcal por lo que se convierte en el plato fresco e ideal para disfrutar este verano. 
 
Una combinación muy saludable
Guisantes, judías verdes, zanahorias y patatas confieren una gran cantidad de vitaminas, minerales y fibra. Cada alimento tiene sus propias características y es adecuado para un tipo de función, por lo que la combinación de todos ellos fomenta una alimentación saludable. 
 
El guisante es un alimento depurativo y remineralizante que aporta un importante valor de energía y proteínas. Son considerados cardiosaludables y beneficiosos para el funcionamiento del sistema nervioso por ser fuente de minerales, especialmente de fósforo y potasio. Destaca su nivel de folatos, que contribuyen en la formación de glóbulos rojos, y por tanto, ayudan a combatir la anemia. 
 
La judía verde es un alimento rico en agua y potasio con una baja proporción en sodio lo que potencia su acción diurética siendo beneficiosa en casos de retención de líquidos. Su alto contenido en fibra contribuye a la reducción del colesterol en sangre, además de prevenir el estreñimiento y reducir enfermedades relacionadas con el tracto gastrointestinal. 
 
El consumo de zanahoria contribuye a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, degenerativas y de cáncer gracias a sustancias antioxidantes como la vitamina E y el betacaroteno. 
 
La patata destaca por su alto contenido en potasio que ayuda a prevenir dolencias musculares. También son ricas en vitamina B6, beneficiosa para el sistema nervioso, necesaria para la renovación celular y buena para mantener un estado de ánimo equilibrado.
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