El objetivo de esta nueva forma de alimentación es mejorar el estado de salud previniendo ciertos trastornos. ¿Y cómo se consigue? Pues ingiriendo mayor cantidad de alimentos alcalinizantes y menos acidificantes.

Exceso de ácido

El PH ideal de nuestro organismo se acerca al 7, que sería el PH neutro. En esta escala, todo lo que sobrepase de 7 es alcalino y ácido por debajo de este mismo nivel. Son muchos los factores que pueden desequilibrar el PH del organismo, como la digestión de algunos alimentos, el sol, la contaminación, el tabaco, el alcohol, ciertos aditivos alimentarios, etc.

Ante ello, reaccionamos para compensar el desequilibrio de dos maneras: eliminando el ácido por la orina y por otro, la sangre roba minerales alcalinos para compensar (calcio, magnesio, sodio, potasio y hierro) de los huesos, por ejemplo.

De manera que nos puede producir fatiga, dolores, inflamación, nerviosismo, pérdida de minerales… Sin embargo, si proporcionamos al cuerpo los nutrientes necesarios se restauran la descompensación y se mejora la salud.

La dieta alcalina

Nuestro cuerpo necesita un equilibrio entre la ingesta de alimentos alcalinizantes y acidificantes. En concreto, los expertos recomiendan el 80% de los primeros y el 20% de los segundos. Y normalmente consumimos más de los acidificantes que de los alcalinizantes.

Los alimentos que acidifican son los de alto contenido en proteínas como la carne, el pescado, la leche y los huevos. Así como la mayoría de las legumbres, excepto las lentejas. Y sobre todo, la mayoría de alimentos refinados como el café, el azúcar y los cereales.

¿Cómo equilibramos el PH?

Para saber cuál nuestro nivel de PH, en centros de dietética y herboristería suelen realizarte este test y después hay que tomar más alimentos alcalinos como los vegetales, los germinados y las frutas frescas; pero también los frutos secos, las semillas y las especias.

Además ayuda:

-    Llevar un estilo de vida saludable, evitando tóxicos y realizando ejercicios de respiración y relajación que facilitan la                    eliminación de ácidos.

-   Seguir una dieta equilibrada.

-   Si fuera necesario, complementar la alimentación con minerales alcalinos como el calcio, el magnesio, el sodio, el potasio     y el zinc.