Nos hemos acostumbrado a realizar una equivalencia mental entre chucherías y golosinas, conocidas desde hace muchos años y que sufrieron una explosión de popularidad en los años 80 en España. Aparecieron nuevas chuches más originales que las conocidas anteriormente como las nubes, los conguitos, etc. que convivieron y conviven con los tradicionales caramelos. Actualmente puedes encontrar numerosas variedades adaptadas a cualquier edad.

De manera general los pequeños optan por los gusanitos (fáciles de comer y en numerosos formatos de cualquier tamaño) y los chupas (de todos los sabores, aunque el de fresa es el más consumido por los niños); los adolescentes no se resisten a los que contienen chocolate (sólo o combinado con caramelo y frutos secos, por ejemplo); los adultos caen en la tentación de los frutos secos (normalmente salados aunque también les gustan los dulces) y alguno de los que comían en su juventud (peta zetas, nubes, etc.) y los mayores optan por los que no contienen azúcar (cualquiera de sus variedades pero, especialmente, del grupo de los caramelos).

Los fabricantes se han preocupado por los grupos minoritarios elaborando golosinas aptas para celíacos, sin lactosa, para diabéticos, sin colorantes artificiales, sin trazas de frutos secos o preparados a partir de frutas naturales, por ejemplo. También puedes encontrar productos de otros países que han sido comercializados en el nuestro por su gran impacto económico (americanos, finlandeses, suecos, alemanes, etc.) y a solicitud de los consumidores.

Uno de los atractivos de las tiendas dedicadas a estos productos es que puedes elegir lo que quieres y la cantidad que deseas. Vas poniendo en el recipiente (normalmente una bolsa) los elementos que más te apetecen y, una vez, has acabado, pesarlos y pagarlos. No resulta demasiado caro, aunque el precio por quilo lo determina la tienda en la que te encuentres y la calidad del producto que has elegido. Te recomendamos que elijas con calma y no incluyas demasiados del mismo tipo para poder probar varios.

Las más saludables han reducido o eliminado el azúcar y los edulcorantes artificiales sustituyéndolos por gelatinas naturales de frutas que resultan más sanas. Suelen contener zumos y gelatinas de frutas como piña, fresa, limón, naranja, etc. en función del sabor de la chuchería. Se recomienda evitar las que incluyen jarabes de glucosa y aromas y colorantes artificiales. Consulta su composición antes de comprarlas.

Te recomendamos que pruebes el regaliz natural (bajo en azúcar y muy digestivo), las violetas (con esencia de violeta y forma de flor), las almendras o las pasas recubiertas de chocolate (más calóricas), gominolas ácidas (elaboradas con gelatinas naturales a las que se añade un elemento picante como contraste de sabor), los caramelos naturales (preparados con una base de fruta natural como fresa, arándanos, etc.), pipas de girasol (las tradicionales mejor sin sal), etc.