La linaza es el nombre de la semilla de la planta del lino, cuyo nombre botánico es Linum usitatissimum y se puede consumir de diferentes maneras: entera, molida o utilizarla para elaborar un aceite de propiedades muy interesantes por su riqueza en ácido alfa-linolénico. Lo más recomendable es comprarla entera y molerla en casa porque así sabes exactamente lo que consumes.

Habitualmente se ha utilizado para tratar muchos problemas relacionados con el tracto gastrointestinal (diarrea, estreñimiento, colon irritable, gastritis, etc.), el aparato circulatorio (hipertensión, etc.), la piel (acné, eccemas, etc.). También puede usarse para reducir el peso en dietas controladas por el especialista, pues facilita el metabolismo de las grasas y genera sensación de saciedad, reduciendo la cantidad de comida ingerida.

Entre sus componentes químicos de interés nutricional destacaría:

-Vitaminas del grupo B y la E.

-Minerales (magnesio, manganeso, etc.).

-Ácidos grasos omega 3 y 6 que favorecen la reducción del colesterol malo y mejoran la inflamación del organismo.

-Flavonoides, interesantes para tratar los síntomas asociados a la menopausia.

-Antioxidantes (lignanos), que eliminan los radicales libres nocivos para la salud.

-Enzimas digestivas que favorecen la digestión de los alimentos.

-Fibra soluble e insoluble. Ayuda a prevenir el estreñimiento y mejorar la inflamación de estómago, la gastritis y la acidez.

Se recomienda precaución con el consumo de las semillas de linaza verdes que pueden resultar tóxicas. Las mujeres embarazadas no deben consumirla en ninguna de sus variedades. Además, se han dado casos de personas que sufren hinchazón abdominal y gases al utilizarla, siendo recomendable consumirla con una gran cantidad de agua para minimizar sus efectos negativos y aumentar los positivos.

Puede interaccionar con ciertos medicamentos como los antidiabéticos o los antihipertensivos, así como con ciertos suplementos de uso habitual (salvia, ajo, jengibre, uña de gato, etc.). Consulta a tu médico si está indicado su consumo en tu caso concreto.

Existen muchas opciones de consumo que puedes encontrar en los distintos puntos de venta. Puedes utilizarla en infusión, añadirla a las ensaladas, con yogur, en batidos, con zumos de frutas, etc. Combina muy bien con el queso de cabra y los ingredientes habituales de las ensaladas. El aceite de linaza se puede utilizar para cocinar, pero no es lo más recomendable porque no debe sustituir al de oliva, cuyas propiedades ya conoces. Puedes ingerirlo o aplicarlo sobre la piel para tratar quemaduras, piel seca, eccemas, acné, etc. Consulta a tu médico su consumo por cualquiera de las vías de administración.

Te proponemos que elabores agua de linaza, simplemente haciendo una infusión de dos cucharadas de semillas en cuatro tazas de agua. Se recomienda hervir el agua, añadir la linaza y mantener la ebullición unos tres minutos. Tapar y dejar en reposo cuatro minutos. Colar la preparación y dejar enfriar. Puedes añadir el zumo de un limón para incrementar sus propiedades nutricionales. No abuses de su consumo.