La uña de gato es una planta procedente de Perú que crece como enredadera entre los árboles de la selva del Amazonas en varios países tropicales. Este nombre obedece a la forma que tienen las espinas de su tallo y su nombre científico es Uncaria tormentosa. Pertenece a la familia de las Rubiáceas y se conocen numerosas especies de interés comercial. Sus decocciones se han usado de manera tradicional para tratar dolencias variadas (úlceras, problemas respiratorios, enfermedades reumáticas, etc.)

Normalmente se utiliza de forma oral en cápsulas, decocciones (té o aplicando directamente los extractos para tratar una zona dolorida), etc. En los preparados se pueden incluir la raíz, la corteza o ambas. También puedes encontrarla combinada con otras plantas con las que se produce una sinergia de la actividad.

Entre sus componentes podemos destacar la presencia de fitoesteroles, rutina, alcaloides del oxindol (hirsutina, uncarina, etc.) y ácidos (clorogénico, ursólico, quinóvico, etc.). Se le atribuyen varias propiedades relacionadas con estas sustancias entre las que podemos destacar:

-El extracto de Uncaria se utiliza externamente para tratar dolores como los producidos por la sobrecarga muscular, aunque no todos los especialistas están de acuerdo en que resulte eficaz e inocuo.

-Es útil para fortalecer el sistema inmunitario y prevenir la aparición de enfermedades infecciosas, pues sus alcaloides son capaces de estimular la destrucción de los microorganismos (virus, bacterias, hongos) que afectan al organismo.

-Es depurativa. La rutina presente en su composición favorece la expulsión de sustancias nocivas.

-Mejora la circulación sanguínea por su contenido en alcaloides, evitando la formación de coágulos.

-Se considera un antibiótico natural, cuyo efecto puede potenciarse combinándola con el jengibre o la equinácea.

-Rica en antioxidantes, retrasa el envejecimiento celular porque favorece la expulsión de los radicales libres que generan oxidación de las células.

Pero no todo son ventajas. No se debe consumir durante el embarazo o la lactancia, ni los niños pequeños porque no se ha probado la seguridad en estos grupos y contienen sustancias inadecuadas para ellos. Se cree que puede causar abortos porque provoca contracciones uterinas. No se debe utilizar si se están tomando inhibidores del sistema inmunológico o se padecen enfermedades autoinmunes. Las dosis elevadas pueden causar ardor de estómago y diarreas en personas sensibles. Se considera segura si se utiliza de manera adecuada, sin excederse en la dosis y bajo estricto control del especialista.

Consulta a tu médico su consumo y no le ocultes que la estás tomando para evitar efectos secundarios indeseables y reacciones cruzadas con otros compuestos. No te automediques ni caigas en el error de pensar que no va a causarte ningún problema su uso descontrolado.