Es fundamental conocer lo que está provocando ese malestar y atajarlo directamente. Acude a tu médico y consúltale las dudas que se te plantean. Sigue sus indicaciones y no te automediques, aunque sea utilizando “productos naturales”, pues todos tienen efectos secundarios y deben ser controlados por un especialista.

Cada vez son más quienes recurren a estos preparados “naturales” y que encuentran en los suplementos y en la fitoterapia una fuente de cuidados. La palabra fitoterapia procede del griego fyton (planta, vegetal) y therapeia (terapia) y es la ciencia que estudia la utilización de las plantas medicinales y sus derivados con finalidad terapéutica, ya sea para prevenir, aliviar o curar las enfermedades.

Para mejorar la depresión se utilizan plantas tonificantes y revitalizantes que equilibren el sistema nervioso y aporten nutrientes adecuados (como la vitamina B). En este grupo podemos incluir: salvia, tomillo, ginseng e hipérico. La más conocida por su efecto antidepresivo es el hipérico, con la ventaja añadida de que no causa somnolencia. Deben tomar precauciones los hipertensos, pacientes con taquicardias o bajo tratamiento con fármacos que interaccionan con él como: anticoagulantes orales, ciclosporina, anticonceptivos orales, teofilina, digitálicos, IMAO, inhibidores de la recaptación de serotonina, tetraciclinas, piroxicam, barbitúricos, benzodiacepinas, antihistamínicos H1, alcohol o reserpina. Al iniciar el tratamiento los reflejos pueden verse afectados, por lo que es imprescindible adaptarse antes de realizar tareas como la conducción o el manejo de máquinas. Salvo indicación expresa del médico, no se debe usar simultáneamente con antidepresivos ni antihipertensivos. Tampoco es adecuado durante el embarazo o la lactancia, ni se puede exponer la piel al sol durante su consumo. No sirve para tratar depresiones severas, y si tras 4-6 semanas de tratamiento no hay resultados, debemos cambiar.

Para tratar la ansiedad se recurre a plantas sedantes y equilibrantes del sistema nervioso como: espino blanco, avena, hierba luisa, lavanda, lúpulo, melisa, tila y valeriana. La más utilizada es la valeriana, sola o asociada en fórmulas magistrales. Es recomendable tomar precauciones si se administra a enfermos del hígado, porque el uso prolongado provoca hepatotoxicidad. Tampoco está indicada para pacientes bajo tratamiento con fármacos que interaccionan con la valeriana como barbitúricos, benzodiacepinas, antihistamínicos H1, alcohol, anticoagulantes, etc.

Para reducir el insomnio y poder dormir se emplea la amapola de California, que favorece un sueño reparador, siendo también un buen ansiolítico y reductor del nerviosismo. No se puede administrar conjuntamente con antihistamínicos, sedantes, hipnóticos ni alcohol. Se suele acompañar de otras plantas con efecto relajante.

Sea cual sea la opción, consulta al médico y no tomes cualquier sustancia de manera incontrolada. Son buenas para alcanzar tus objetivos pero deben ser controladas y pautadas por quien te conoce a nivel sanitario. Y no temas preguntar…tu médico debe saber lo que estás haciendo.