Hidratarse no solo con agua

Cualquier bebida que contenga agua puede contribuir al total necesario para la hidratación, incluidos los zumos, los refrescos, el té, el café, los caldos…

14/10/2015

Perdemos agua continuamente a través de la piel y la respiración, cerca de 700 ml al día. Otros 100 ml se eliminan en las heces, alrededor de 1,5 litros en la orina y 200 ml en la transpiración normal. Es decir, para vivir y respirar, incluso en un clima templado, ...

Perdemos agua continuamente a través de la piel y la respiración, cerca de 700 ml al día. Otros 100 ml se eliminan en las heces, alrededor de 1,5 litros en la orina y 200 ml en la transpiración normal. Es decir, para vivir y respirar, incluso en un clima templado, se requieren unos 2,5 litros al día en total. No hace falta que tengas sed, acostúmbrate a tomar pequeños sorbos de agua a lo largo de día.

Cualquier bebida que contenga agua puede contribuir al total necesario para la hidratación, incluidos los zumos, los refrescos, el té, el café, los caldos… Está demostrado que si tomamos bebidas que nos gusten, ayudamos a mantener ese aporte de agua necesario. Pero no valen las bebidas con un 10% de alcohol o más, como la mayoría de los vinos, contribuyen a la deshidratación ya que ocasionan pérdidas evidentes de líquido. ¿Y si nos pasamos al té? Además de hidratar tiene efectos rejuvenecedores.

El té verde contiene altos niveles de polifenoles capaces de prevenir la multiplicación de las células cancerosas e incluso acabar con ellas dejando ilesas la células sanas, según estudios de la Rutgers University. Además, ayuda a controlar el apetito (en un estudio realizado por la Universidad de Chicago, los investigadores descubrieron que los polifenoles contenidos en el té verde, reducían el apetito entre un 40-60%). Salvo que añadas azúcar o miel, tiene 0 calorías y no más de 20 si añades un chorrito de leche desnatada. Otro estudio, realizado también en EE.UU. puso de manifiesto que los bebedores habituales de té tienen un metabolismo más activo –a igualdad de actividad queman más calorías (hasta 67 calorías extra diarias)- que quienes no lo toman nunca o casi nunca.

Si lo tuyo es el café, ten en cuenta que si es descafeinado podría causar un aumento del colesterol LDL, al elevar los niveles de la apolipoproteína B, vinculada al síndrome metabólico, según un estudio publicado por la Asociación Americana del Corazón. El estudio incluyó a 187 personas que fueron asignadas de forma aleatoria a tres grupos: uno que ingirió entre 3 y 6 tazas de café con cafeína al día; otro que bebió entre 3 y 6 tazas de café descafeinado; y un tercer grupo que no bebió café. Los científicos midieron el nivel de cafeína en la sangre de los participantes, así como los niveles de los indicadores de la salud cardiaca antes y después del estudio. El grupo que tomaba descafeinado experimentó una subida en ácidos grasos. La ApoB ascendió un 8% en el grupo que tomaba descafeinado, pero no se alteró en los otros dos grupos.

Además, está demostrado que dosis de cafeína entre 100 a 600 mg. permiten pensar con mayor rapidez y claridad, y mejoran la coordinación corporal. 2-3 cafés al día, mejor antes de las 5 de la tarde, te mantendrán despierta y con la mente ágil.

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