Y qué mejor que hacerlo a través de nuestra propia imaginación y de la escritura de uno de los chicos malos de la literatura norteamericana: Bret Easton Ellis, autor de entre otras obras de “American Psycho” o “Menos que cero”. En Lunar Park se pasea por su propia vida, mezclando hechos reales con ficción, terror con la vida cotidiana, glamour con autodestrucción.

Falsa autobiografía

Con la que Bret Easton Ellis consiguió despertar polémica, curiosidad y pasión a partes iguales. Un libro inquietante y real, "una novela de memorias, fantasmagórica y sobrenatural", según su autor. 

El escritor vive en una lujosa casa de los suburbios en Lunar Park y está recién casado con una antigua amante: Jayne Dennis, una mediocre pero hot actriz de Hollywood con la que tuvo un hijo hace años. Un hijo, Robby, al que Ellis –autoconvencido de que se trataba de un bastardo de Keanu Reeves– siempre ignoró. Un hijo con el que ahora, ya convertido en un adolescente disfuncional y misterioso, el escritor procura hacer contacto durante los ratos libres que tiene entre un intento y otro de seducir a una hermosa –y próxima a ser descuartizada– asistente a su más bien poco ortodoxo curso de escritura creativa. Ah: en sus escasos ratos libres y raptos de coherencia, Ellis intenta escribir una novela salvaje y cáustica y comercial: un thriller porno.

Fatídico Halloween

La historia se inicia en una noche de Halloween, en la que el propio autor cree ver a uno de sus personajes de ficción más temibles conduciendo un coche como el de su padre, mientras en la habitación de su hijastra una muñeca cobra vida.

También en el exterior de esta urbanización, Lunar Park, comienzan a suceder una serie de acontecimientos terribles como la desaparición de niños de la misma edad que su hijo, asesinatos.

La casa desprende una atmósfera fantasmal, en el que a los ojos de Ellis, se suceden una serie de fenómenos paranormales; que nadie más de su familia parece conocer.

Situaciones de miedo que se mezclan con el día a día: los problemas con su mujer, con el alcohol, sus hijos, su trabajo.

¿Fruto de su abuso de sustancias prohibidas o realidad que envuelve? Ahí lo dejamos, para que cada lector saque sus propias conclusiones y disfrute de una novela que no pone fronteras entre la invención y la vida real.