Si nunca te has puesto delante de la cocina, no puedes desanimarte si las cosas no salen perfectas a la primera. Empieza por lo más básico: cocer un huevo, cocer pasta, freír un filete, etc. y seguro que lo harás bien. Prueba varias recetas sencillas sin sentirte mal porque no salen como esperabas.

Es importante que te sientas tranquil@ y planifiques lo que vas a hacer. Prepara una lista con los ingredientes que necesitas para tu receta y cómpralos con tranquilidad, sin esperar al último momento. No te plantees objetivos complejos ni cocines para alguien que te produzca ansiedad; lo mejor es que empieces haciéndolo para ti o para una persona muy cercana de la que no temas una opinión negativa.

Son muchos los platos elaborados que sólo precisan ser calentados en el microondas para estar listos, pero no es necesario que hagas siempre lo mismo y, a nivel nutricional, tampoco resulta adecuado acudir siempre a ellos. Puedes utilizarlos como comodín por si lo que querías cocinar se estropea…

Preparar una ensalada completa resulta muy sencillo. Puedes utilizar las envasadas que contienen diferentes vegetales (brotes de lechuga, canónigos, rúcula, escarola, etc.); ya están lavados y sólo tienes que abrir la bolsa y ponerla en un recipiente. Lava un tomate y córtalo en rodajas. Añade una lata de atún al natural y aceitunas negras. Aliña con orégano, vinagre de manzana y aceite de oliva virgen.

Como aperitivo te proponemos unas tartaletas rellenas. Las puedes comprar ya hechas en cualquier supermercado o panadería y elegirlas integrales (si te gustan). Para el relleno puedes mezclar una lata de paté suave con aceitunas verdes picadas. Rellenas la tartaleta y la adornas con una aceituna entera.

Preparar legumbres también te resultará fácil. En una sartén pon aceite de oliva en el fondo (una cantidad pequeña simplemente para que no se peguen los alimentos). Corta (o compra ya cortado) jamón serrano en tacos pequeños y rehógalo en la sartén. Añade una lata de alcachofas cortadas a la mitad. Abre un bote de garbanzos y lávalos con agua sobre un colador. Ponlos en la sartén junto a los otros ingredientes. Aliña con orégano, ajo en polvo y albahaca. Sírvelo caliente.

Un postre muy vistoso y fácil de elaborar sería una “copa de queso y frutos rojos”. Mezcla en un bol queso fresco con azúcar glas. Enfríalo en la nevera. Lava los frutos rojos (moras, grosellas, fresas, frambuesas,) y ponlos a hervir en una olla con agua y azúcar unos cinco minutos. Cuela la fruta (conservando el almíbar) y mézclala con el queso y el azúcar. Coloca la preparación en una copa y adórnala con frutos enteros, añadiendo el almíbar por encima.

Son muchas las opciones a tu alcance. No hace falta ser un experto ni sufrir ante la cocina. Si te lo propones lo conseguirás.