Las causas son muy variadas (anemia ferropénica, alteraciones en el hipotálamo, enfermedades crónicas que provocan pérdida de peso y caquexia, problemas infecciosos, etc.) y podríamos destacar:

-Seguir una dieta inadecuada, poco saludable, pobre en ciertos nutrientes, hipocalórica sin control médico o similar, puede generar la sensación de frío y cansancio. Lo mismo ocurre cuando se pierde peso de manera brusca como sucedería en el caso de la anorexia nerviosa.

-Unos niveles anormales de presión arterial (bajos o altos) causan que la circulación de la sangre se vea afectada y no llegue adecuadamente a las partes distales del organismo (manos y pies) que estarán fríos y provocarán una sensación de frío generalizado.

-Los trastornos de la glándula tiroides como el hipotiroidismo provocan cansancio, tristeza, aumento de peso, somnolencia, pérdida de memoria, estreñimiento, sensación de frío, etc. Se debe a que la reducida actividad del tiroides provoca una ralentización del metabolismo que causa una bajada en la producción de calor corporal y de la temperatura.

-El síndrome de Raynaud, patología en la que se contraen los vasos arteriales más alejados causando: en la fase blanca, frialdad, hormigueo y una tonalidad blanquecina de los tejidos; en la fase azul, un color azulado por la falta de oxígeno en la zona y, en la fase roja, una sensación de dolor intenso y el color rojizo por la llegada masiva de la sangre.

-Los problemas vasculares asociados a la formación de placas de ateromas que reducen la circulación de la sangre en las extremidades inferiores. La sangre arterial (rica en oxígeno) no puede llegar a esa zona y se presentan: calambres, frialdad, entumecimiento, etc. Es una enfermedad vascular periférica que puede ser la señal de otros problemas que pueden afectar al cerebro y al corazón.

-El consumo de ciertos fármacos como las benzodiacepinas (para problemas de ansiedad) o los betabloqueantes (para la hipertensión) pueden causar esa sensación de frío.

Para mejorar la situación sería recomendable:

-Seguir una dieta sana y equilibrada que aporte suficientes cantidades de elementos nutritivos y la energía necesaria para las funciones vitales del organismo.

-Realizar una actividad física moderada y adecuada a la edad y condiciones personales. Es fundamental moverse para activar la circulación y la producción de “calor”.

-Si tienes frío en los pies utiliza zapatillas en casa, zapatos con suela aislante, plantillas, calcetines… y no camines descalzo sobre superficies frías.

-Si sientes frío en las manos, utiliza guantes, frota una mano contra la otra, disfruta de un automasaje, etc.

-Si vas a estar sentado mucho tiempo, tápate con una manta, alterna la posición, no cruces las piernas, levántate de vez en cuando, etc.