La oxidación se genera por el contacto con el aire, la humedad, el calor, los compuestos ácidos de los alimentos, etc. Se produce un cambio de color que supone que ya se ha producido la oxidación. La corrosión puede ser causada por alimentos con pH ácido (menor que 7) como el vinagre o el limón y por compuestos ricos en cloruros (como las lejías o la sal). Cualquier punto de corrosión va a permitir la oxidación con mayor facilidad, por lo que debemos evitar que se produzca.

Son muchos los materiales que se utilizan para elaborar cubiertos. Destacaría:

-El acero inoxidable contiene cromo o níquel, en una aleación que aumenta la resistencia a la corrosión y a las altas temperaturas (lo que permite que soporten la acidez de alimentos como el vinagre o las altas temperaturas que alcanzan en el lavavajillas). Se considera uno de los materiales más adecuados para elaborar cubiertos porque sobre su superficie se forma una capa protectora de óxido de cromo que los protege de la corrosión.

-La madera no se oxida, pero es muy porosa y puede acumular restos de alimentos y humedad que favorecen el crecimiento de microorganismos. Suele usarse para hacer cucharas y tenedores utilizados para cocinar y se recomienda cambiarlos con frecuencia.

-La silicona es un polímero sintético procedente de la sílice y resulta cómodo y útil en la cocina porque soporta bien las temperaturas, es flexible, resistente y antiadherente. Puede ponerse amarilla y se recomienda cambiarla con frecuencia.

-El titanio no se oxida ni reacciona con los alimentos. Es un elemento más caro, por lo que se utiliza en productos de mayor calidad.

-La plata se oxida fácilmente por acción del oxígeno, los sulfuros o los ácidos. No debe lavarse en el lavavajillas porque se deteriora la capa externa protectora. Debe guardarse en lugar seco, protegido de la luz y lavarlo a mano.

De manera general, para lavar los cubiertos se recomienda:

-Utilizar estropajos suaves que no rayen la superficie.

-Elegir trapos suaves no abrasivos para secarlos.

-Evitar utilizar detergentes ácidos o con cloruros. Optar por los no abrasivos para que la superficie no se dañe.

-No llenar el cesto del lavavajillas para evitar fricciones que los estropeen.

-Si tienen cobre, no deben ser lavados en lavavajillas.

-No dejar los cubiertos en elementos ácidos porque causan corrosión.

-Secar cuanto antes para evitar la presencia de manchas.

Si observas que se han oxidado o han cambiado de color, cámbialos por otros nuevos para evitar problemas de salud asociados a esta situación y el sabor desagradable que pueden darle a tus comidas. Elige artículos de buena calidad y cómpralos en centros autorizados.