Málaga, disfrútala 365 días al año

Buen tiempo, playas de ensueño, una rica vida cultural  y comercial y una gastronomía con la que tu paladar estará muy satisfecho. ¿Qué más puedes pedir?

16/02/2016

El mar Mediterráneo cuida y mima con esmero la ciudad de Málaga. El sol y las temperaturas suaves convierten este precioso lugar, lleno de vida e historia, para que puedas disfrutar de él en cualquier época del año. A lo largo de los siglos, varias civilizaciones han dejado su impronta ...

El mar Mediterráneo cuida y mima con esmero la ciudad de Málaga. El sol y las temperaturas suaves convierten este precioso lugar, lleno de vida e historia, para que puedas disfrutar de él en cualquier época del año. A lo largo de los siglos, varias civilizaciones han dejado su impronta para darle un carácter único y variado que la convierten en una auténtica joya.

La capital de la Costa del Sol cuenta con 14 kilómetros de playas perfectamente comunicadas y, al mismo tiempo, separadas del tráfico urbano por paseos, con lo que nos sentiremos como en un auténtico remanso de paz. Las más concurridas son La Malagueta, Pedralejo y San Andrés, pero si queremos alejarnos un poco, encontraremos Baños del Carmen, el Peñón del Cuervo y Guadalmar, esta nudista. En ellas, chiringuitos y restaurantes harán que nuestra jornada playera sea aún más plácida. ¿Qué mejor que recuperarnos de un bañito con una cerveza bien fresquita y un platito de pescaíto frito?

Y es que la gastronomía es otros de los puntos fuertes de la ciudad. Pura dieta mediterránea de productos frescos y sabrosos. Es, precisamente, el pescado, uno de los platos imprescindibles. En cualquier rincón de la ciudad encontraremos un pequeño bar o un gran restaurante que nos deleitarán con estos manjares, no solamente preparados con esa fritura tan suave y crujiente como es típica de la ciudad, sino que al horno, a la brasa o salteados van a hacernos ver el cielo. Sin olvidar, por supuesto, sus sardinitas. Tampoco no podemos olvidar empezar el día disfrutando de un rico desayuno malagueño: un buen café con leche o un chocolate y churros recién hechos. El deleite está garantizado.

 

Una ciudad histórica

La ventaja de pasar unos días, o semanas, en una ciudad como Málaga es que siempre tendremos algo que hacer. Por ejemplo, dejarnos empapar por su rica historia. Uno de los vestigios más antiguos es el Teatro Romano, uno de los símbolos vivos de la Hispania Romana en la ciudad. Fue construido en el siglo I, en tiempos de Augusto, y mantuvo su uso hasta el siglo III. Se descubrió en 1951, después de muchos años semioculto por la Casa de la Cultura. Las excavaciones dejaron a la vista el porscenium (el escenario) los restos de la Orchestra, el lugar reservado a los senadores y la cávea, el graderío de más de 30 metros de rado y 16 de alto. Vale la pena conocerlo.

Otro lugar de visita obligada es la Alcazaba, una ciudadela de la época musulmana construida sobre los restos de una fortaleza fenicia y situada a los pies del monte Gibralfaro, donde está el Castillo defensivo árabe al que estaba unido por un pasillo resguardado por murallas, que recibe el nombre de La Coracha. Es una obra claramente militar, la mejor conservada de todo el país, en la que podremos distinguir claramente sus torres albarranas con saeteras y sus murallas.

Por su parte, el Castillo es uno de los espacios más visitados de la ciudad. Fue construido en el siglo XIV y albergaba a las tropas que defendían la Alcazaba. Podemos recorrer sus murallas y disfrutar de unas impresionantes vistas de Málaga. En su interior, se encuentra el Centro de Interpretación que nos permitirá conocer todos los detalles de su historia, como el asedio que sufrió por parte de los Reyes Católicos. El Rey Fernando se estableció allí una vez acabada la batalla.

La Manquita

De vuelta al centro, no podemos dejar de visitar la Catedral de Nuestra Señora de la Encarnación. Es todo un referente de la ciudad, pues ha sido testigo de muchos acontecimientos. Es una de las mejores muestras del arte español, pues está situada sobre los restos de otras construcciones, como la primitiva mezquita almohade. Aunque su construcción se inició en 1530 y se alargó durante más de dos siglos, la obra no está acabada: le falta el remate de la fachada principal y la torre sur. Este detalle ha hecho que se la conozca como La Manquita. Cuenta la leyenda que el dinero que en el siglo XIX se iba a utilizar para su finalización se invirtió para pagar las guerras de América. Aunque en un primer momento su estilo era renacentista, contiene detalles góticos. Es un auténtico espectáculo disfrutar de su interior y asombrarnos con sus dos magníficos órganos, que cuentan con más de 4.000 espectaculares tubos.

La Manquita se encuentra frente a la Plaza del Obispo, el lugar barroco por antonomasia de la ciudad y uno de los espacios más importantes desde la antigüedad. Allí se ubica el Palacio del Obispo, que data del siglo XVIII. En el centro, una fuente de la misma época que servía para abastecer a los vecinos del barrio, y a la que llegaba el agua a través del acueducto de San Telmo.

Arte y compras

Si hay una figura malagueña universal, conocida en los cinco continentes, es Pablo Picasso. El genial pintor cuenta con su Museo en la calle de San Agustín. Se inauguró en 2003, y en él encontraremos más de 230 obras de arte, entre pinturas, dibujos, esculturas, grabados y cerámicas. Forman parte de la colección permanente, pero  no podemos dejar de consultar las exposiciones temporales, porque sus propuestas suelen ser muy interesantes.

Tampoco podemos dejar de visitar el centre Pompidou Málaga, que ofrece un recorrido por el arte del siglo XX y XXI con obras de arte del centro parisino. Está situado en Muelle Uno. Paseando por él llegaremos a otro de los símbolos de la ciudad, La Farola, con unas vistas únicas del Puerto de Málaga. Si recorremos su paseo, además de llegar hasta la escultura del Cenachero, atravesaremos el parque y llegaremos hasta el Ayuntamiento, un precioso edificio de estilo neobarroco.

¿Y las compras? Para ello podemos quedarnos en el Muelle Uno, con una importante zona comercial, o ir hasta la famosísima calle Larios, una zona de alto valor arquitectónico y urbano, fruto de un concienzudo proyecto de Eduardo Strachan y Viana-Cárdenas. Es una vía peatonal en la que encontraremos las mejores tiendas de la ciudad, siempre bulliciosa y llena de alegría.

Con todos estos ingredientes, es imposible no pasar unos días inolvidables. Una de las opciones para alojarnos es un céntrico apartamento para poder movernos a nuestro aire y poder descansar como si estuviéramos en casa o bien en un apartamento en Málaga playa en donde encontraremos ubicaciones privilegiadas que nos harán pasar unas fantásticas vacaciones. 

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