Si en abril, aguas mil…en febrero: calçotada

Algo hay, no sé bien qué… que cada año se repite lo mismo. Tras enero, llega febrero. Y con éste, las calçotades. Si vives en Cataluña sabes bien de qué te hablo. Si no vives en Cataluña, un consejo: visita esta Comunidad Autónoma en febrero y márcate una calçotada.

21/02/2014

Los calçots son cebollas. A primera vista, esto no llama mucho la atención ¿verdad? Vamos, que si te digo que invito a ir a comer unas cebollas, pues no creo que nadie salga disparado a mi encuentro ni que se forme cola de invitados. Pero claro, no son simples cebollas. ...

Los calçots son cebollas. A primera vista, esto no llama mucho la atención ¿verdad? Vamos, que si te digo que invito a ir a comer unas cebollas, pues no creo que nadie salga disparado a mi encuentro ni que se forme cola de invitados. Pero claro, no son simples cebollas. Son las conocidas “cebollas tardías de Lleida”, aunque su lugar por excelencia se encuentre en Valls (Tarragona). Y el hecho de comer calçots no es simplemente comer cebollas, sino que conlleva toda una tradición, un protocolo y sobre todo disfrutar y mucho (hasta que acabas, porque te llenas de lo lindo).

Llega febrero y con este mes, las calçotades. Grandes grupos se suman para acudir a restaurantes (principalmente de montaña) o bien crear sus propias parrillas de calçots si cuentan con suficiente espacio para ello. Lo cierto es que comer calçots es todo un ritual. Habitualmente vienen seguidos de una buena y variada parrillada de carne, pero lo más carácterístico es la salsa. Una salsa muy parecida al romesco que te hace no parar de comer calçots durante un buen rato. Babero y guantes -¡no nos manchemos!- y compartir un buen rato con los tuyos. Un verdadero goce al paladar con una tradición peculiar y muy común durante el segundo mes del año en prácticamente todo el territorio catalán.
 
Pero, os voy a recomendar un lugar donde el éxito está asegurado. Yo, que soy un gran “calçotaire”, ya he visitado diversos lugares y me quedo con Can Devesa. En la carretera que une Badalona con Montcada i Reixach (La Vallensana, Km. 6) se encuentra este restaurante con un gran parrillero exterior y un menú de calçotada que te dejará más que satisfecho/a. Para empezar, todos los calçots que quieras (se puede repetir cuanto desees). Jordi, responsable del lugar, y su equipo te atenderán a la perfección. Bebidas, postre y cafés incluidos y con parrillada de carne de por medio (en su punto). Ver cómo se cocinan los calçots en el exterior, con grandes llamaradas, en los parrilleros de Can Devesa, ya es de por sí un deleite para la vista. Pero cuando empieces a degustarlos… no vas a parar (aunque te consejo tener cierto límite, para ser capaz de ponerte en pie al acabar de comer). Y, demás, si en tu grupo hay niños… no te preocupes. Can Devesa cuenta con un amplio espacio exterior donde los más pequeños disfrutarán a tope.
 
Yo lo he visitado y visito cada año. Si te gustan los calçots, si aún no los has probado… empieza por ahí. Acierto seguro. Y si vas, coméntanos qué te pareció. Ah, y si tienes alguna otra recomendación, por supuesto, compártela con nosotros.
¡Buen provecho!
 
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