Su nombre científico es Plantago major y resulta muy indicado porque significa “parecido a un pie” y a eso se asimilan las hojas de este vegetal: a la planta del pie humano. Es una planta perenne con flores en forma de espiga que se encuentra con facilidad en las tierras de cultivo abonados con elementos orgánicos. Se utiliza en jardinería para formar macizos o cubrir bordes y suele adaptarse bien a cualquier tipo de suelo bien drenado, por lo que no precisa cuidados especiales.

En su composición química destaca la presencia de taninos, mucílago, fibra, vitaminas (A, del grupo B y especialmente la C), flavonoides, alcaloides (plantagonina) y minerales (potasio y calcio fundamentalmente) que le dan sus propiedades. Se considera adecuado para mejorar la otitis, la afonía, los problemas de bronquios, la gripe, el asma y los problemas digestivos, pues ayuda a expulsar el moco y es antiinflamatorio. Externamente se usa para tratar heridas, inflamaciones, picaduras de insectos y problemas de piel.

Curiosamente, a nivel digestivo debemos señalar que la hoja es astringente y la semilla mejora el estreñimiento, por lo que, en función del proceso de que se trate, se utilizará una parte u otra de la planta. Puedes preparar una infusión y consumirla tres veces al día.

Si tienes una herida cerrada, una quemadura o te ha picado un insecto, puedes aplicar directamente una hoja bien lavada sobre la zona a tratar y notarás un alivio inmediato. No debe utilizarse sobre heridas abiertas o sangrantes. Sus beneficios se deben a sus propiedades desinfectantes, antiinflamatorias, antibacterianas y astringentes.

Un remedio muy conocido para mejorar la otitis consiste en utilizar su jugo directamente en el interior del oído. Es muy sencillo: lavas las hojas, las machacas en un mortero y pones una gasa fina que absorba el líquido liberado. Para cogerlo retuerces la gasa y aplicas dos gotas de ese jugo en cada oído. Normalmente notarás cómo mejora el dolor.

Aunque no presenta una toxicidad directa ni se conocen efectos secundarios importantes, no debe consumirse durante el embarazo (se considera que puede provocar abortos) o la lactancia ni si se padecen alergias. Se cree que los alérgicos al melón, también pueden serlo al llantén, por lo que se recomienda que no lo utilicen.

A nivel culinario elige las hojas frescas y lávalas adecuadamente con agua del grifo. Puedes consumirlas crudas (combinadas con brotes de lechuga para elaborar una ensalada) o cocidas (hervidas en agua simplemente o como parte de una sopa o crema de verduras).