Desde el sistema solar, una imagen 3D o una partida al Catán, son ejemplos que podremos ver en Holus. Móviles y tablets se conectan al sistema y permiten a los usuarios interactuar con el contenido como nunca antes se había imaginado. Permite jugar a juegos de mesa, hacer una videollamada o escanear objetos 3D, mostrarlos y modificarlos para luego imprimirlos usando una impresora 3D. Es una plataforma para todas las edades que permite aprender, colaborar y jugar. Para los desarrolladores hay también una interfaz especial para dar rienda suelta a un sinfín de posibilidades.

Actualmente hay dos versiones: Holus por $699, donde se pueden descargar una serie de aplicaciones desde el Google Play y Apple Store, y Holus Pro por $799 que permite desarrollar tus propias aplicaciones.

¿Pero, cómo funciona? Empecemos por lo primero, un holograma es una imagen que se puede ver desde todos los ángulos al mismo tiempo provocando que el cerebro humano la entienda como tridimensional. Es muy difícil reproducir hologramas desde un solo proyector como en Holus. Si estudiamos en qué se basa Holus veremos que es la técnica del "fantasma de Pepper" que, gracias al proyector que tiene, permite la ilusión de un objeto flotando. Este sistema se utiliza multiplicado por cuatro, uno en cada uno de los lados de Holus, por eso el cristal tiene forma de pirámide. Pero si nos quedáramos así veríamos solo una imagen plana en cada lado. Para aumentar la experiencia se usa un móvil, tablet o iPod para rastrear a cada usuario. Cuando el usuario se mueva junto con su dispositivo, la imagen se moverá con él mostrando una variación en la perspectiva. Así se consigue una mayor experiencia 3D.

Una gran limitación es que solo cuatro personas pueden usar el sistema a la vez, porque hay cuatro lados en Holus. Si hay dos personas en un lado, solo puede rastrear a una por el momento.

Por una parte, es interesante que ya empiecen a salir dispositivos que se puedan conectar a Holus para incrementar las posibilidades. Por ejemplo, Emotiv es un sensor del cerebro que con una diadema en la cabeza te permite controlar los objetos que se muestran en Holus. Otro ejemplo es Omi, el primer asistente holográfico con el que puedes interactuar usando comandos de voz mientras ves el asistente en Holus.

Sin embargo, por el momento no hay muchas otras aplicaciones para Holus, en un futuro se verá si el mercado ha evolucionado en esta dirección. De momento hay limitaciones, como por ejemplo que no se pueda crear un objeto 3D a partir de una imagen 2D, ya que la imagen se ve solo desde una perspectiva y se necesitarían como mínimo 3 imágenes. Además el prototipo Holus es bastante básico comparado con el Holus Pro para desarrolladores, le faltan por ejemplo los altavoces integrados, y la diferencia de precio es solo $100.

Finalmente, la idea detrás del proyecto es buena, se intenta promover el contacto social mediante la tecnología en lugar de estar solo interactuando con una pantalla. No obstante, Holus no es la experiencia 3D que quieren vender, aún tiene muchas limitaciones y les falta recorrido para conseguir hologramas como en las pelis.