Según algunos expertos, si se les da alguno de estos alimentos que se relatan a continuación al bebé puede acarrearle problemas de salud para sus órganos internos, dientes o sistema nervioso entre otros. Pero también, pueden atragantarse con los frutos secos o tomar un exceso de golosinas y chucherías que luego le pueden pasar factura en su organismo, como así aconseja el Ministerio de Sanidad.

Los diez alimentos no recomendados

1. Sal: la toma excesiva de sal puede no ser buena para el funcionamiento de sus riñones, por ello se recomienda no añadir sal a los alimentos que van a tomar o cubitos de caldo o salsas, que aportan demasiada sal para sus necesidades.

2. Azúcar: el bebé no necesita azúcar. Evitar los alimentos azucarados también evitará el desarrollo de caries y otras enfermedades dentales.

3. Miel: su contenido en azúcares es muy similar al azúcar blanco, así que tampoco sería beneficioso porque aunque se han llevado a cabo varios estudios sobre sus beneficios, no hay ninguna conclusión evidente al respecto de los mismos. Pero es que además, la miel puede contener bacterias capaces de producir toxinas en los intestinos de un bebé, que conducirían al botulismo, una enfermedad muy grave.

4. Frutos secos enteros: pese a que son muy saludables, si están enteros pueden causar un ahogamiento en bebés o niños pequeños. Algunas recomendaciones dicen que los niños pueden empezar a tomarlos a partir los tres años, Eso sí, bajo la vigilancia de un adulto.

5. Alimentos desnatados o bajos en grasa: no se aconseja incluir en sus dietas este tipo de variedades bajas en grasa, ya que ésta supone una importante fuente de energía para los pequeños y además un aporte de vitamina D, como la que se encuentra en la leche, yogures o quesos “enteros”.

6. Ciertos pescados y mariscos: algunas especias como el pez espada, el lucio o el atún rojo están desaconsejados por su alto nivel de mercurio, que podría afectar al sistema nervioso del bebé. Tampoco es aconsejable el consumo de cualquier crustáceo como cangrejos, gambas o langostinos, por sus niveles de cadmio, que es otro metal pesado que tiende a acumularse en el organismo y puede causar daños en el hígado o el riñón.

7. Alimentos de origen animal crudos o poco hechos  pueden generar infecciones tóxicas graves en bebés, por lo que en ellos están del todo desaconsejados. Tampoco convienen en adultos, por motivos de seguridad alimentaria.

8. Espinacas, acelgas y borrajas: conviene vigilar la cantidad que de estas verduras se dan a los bebés.  Los nitratos, que se encuentran de manera natural en los vegetales (sobre todo en las hortalizas de hoja verde, como las espinacas), se convierten en nitritos en nuestro organismo. Estos, en altas concentraciones y en bebés o niños pequeños, pueden originar una falta de oxígeno en la sangre.

9. Algas y bebidas de arroz: las algas pueden contener altísimas cantidades de yodo, algo que puede ser perjudicial para la salud infantil. En cuanto a las bebidas de arroz, se desaconsejan porque contienen niveles elevados de arsénico. Se puede hallar arsénico en muchos alimentos y bebidas, pero los niveles de este metaloide en el arroz pueden ser preocupantes en lactantes y niños pequeños, ya que el arroz es muy utilizado en el periodo de alimentación complementaria.

10. Alimentos superfluos: tales como patatas chips, pasteles, bollería, etc. Por desgracia, los niños españoles cada vez los toman más a menudo. De hecho, se suele pensar que la galleta María es un alimento recomendable para los bebés, cuando no es así.