Es un grupo amplio que se caracterizaría por la presencia del color que les da nombre, ya sea en su piel o en su interior, y que se asocia a la existencia de sustancias antioxidantes (como los flavonoides y los antocianos) que resultan muy adecuados para mejorar nuestra salud cardiovascular. Algunos estudios relacionan su consumo con el menor riesgo de desarrollar hipertensión arterial. Cuanto más intenso sea el color, mayor será su valor nutricional.

A nivel nutricional destacaría la presencia de agua, flavonoides y antocianos (antioxidantes), fibra, vitaminas (provitamina A y C) y minerales (potasio, calcio y magnesio). Podemos destacar que:

-Arándanos rojos, aportan mucha vitamina C y otros antioxidantes que favorecen la circulación sanguínea y participan en la prevención de enfermedades cardiovasculares.

-Cerezas, contienen betacarotenos y resultan muy depurativas. Favorecen la expulsión de elementos tóxicos del organismo y reducen la retención de líquidos.

-Ciruelas rojas, perfectas para controlar el estreñimiento por su alto contenido en fibra. Mejor consúmelas en ayunas para favorecer su actividad.

-Frambuesas, con abundante vitamina C y un aporte calórico bajo (64 calorías por cada 100 gramos), resultan muy adecuadas para neutralizar los efectos negativos de los radicales libres.

-Fresas, muy indicadas para desintoxicar el organismo y evitar la anemia gracias a la presencia de hierro en su composición.

-Grosellas, muy bajas en calorías (unas 44 por cada 10 gramos).

-Moras, previenen los problemas cardiovasculares y reducen la aparición de arteriosclerosis.

Cómpralas en un grado de madurez iniciado o avanzado (si las vas a comer de inmediato). Guárdalas en la nevera y mantenlas alejadas de la luz y el calor. Lávalas bien con agua corriente sin dejarlas a remojo para evitar la pérdida de componentes nutritivos importantes.

La mejor manera de consumirlas es hacerlo directamente, solas o con zumo de naranja, chocolate, nata, yogur, etc. También pueden formar parte de tus ensaladas, cremas, bizcochos, galletas, magdalenas, tartas, etc. Puedes preparar además mermeladas, zumos, licores o batidos. Otra opción es que formen parte de salsas para carnes (pato, jabalí, ciervo, etc.) con las que combinan muy bien.

Te proponemos que elabores una deliciosa mermelada de arándanos siguiendo esta sencilla receta. Coloca en una cacerola medio quilo de arándanos frescos y esmágalos con un tenedor. Añade el zumo y la ralladura de un limón. Ponlo a hervir durante 5 minutos cubriendo el preparado con agua. Retira del fuego y añade medio quilo de azúcar. Mezcla hasta que se disuelva y vuelve a hervir removiendo para evitar que se pegue. Cuando solidifique, apaga el fuego y deja que enfríe. Guárdala en botes de cristal y ciérralos herméticamente.