El yogur es un producto lácteo elaborado por la fermentación ácida bacteriana de la leche, normalmente de vaca. Para su elaboración se produce la fermentación de la lactosa (azúcar de la leche) que se transforma en ácido láctico que aporta sus características organolépticas al alimento. Puede ser así, natural o preparado añadiendo diferentes compuestos como chocolate, frutas, vainilla, etc.

Durante el proceso se incluye normalmente un cultivo de dos bacterias controladas por la legislación y que son las que permiten dar ese nombre (yogur) al alimento. De hecho, no todos los productos que podemos encontrar en los puntos de venta se encuentran en la definición que la OMS da de yogur. Una vez preparado, debe mantenerse refrigerado para evitar que se estropee. Existen muchas variedades y destacaría la existencia de productos desnatados (bajos en grasa) o el denominado “yogur griego” (al que se ha adicionado nata). También han aparecido en el mercado productos enriquecidos en vitaminas que pueden resultar interesantes en casos concretos.

A nivel nutricional podemos señalar que 100 gramos del natural aportan unas 60 calorías y poca grasa (especialmente los desnatados). Contiene proteínas, vitaminas (A y del grupo B) y minerales (calcio, magnesio, potasio, sodio, etc.). Es importante destacar la presencia de millones de bacterias vivas que facilitan el funcionamiento de nuestro sistema digestivo.

Entre sus propiedades destacarían:

-Digestibilidad. Es fácilmente digerible y, como su contenido en lactosa es menor que el presente en la leche, se recomienda a quienes presentan intolerancia o malabsorción.

-Flora intestinal. Contiene bacterias saludables (como el Lactobacillus) que mejoran y favorecen la vitalidad de la flora beneficiosa presente en nuestro colon. Entre las ventajas destacaría que reduce el riesgo de padecer infecciones gastrointestinales y los problemas asociados como el estreñimiento.

-Fuente de calcio. Dos yogures aportan unos 350 mg de calcio (casi la mitad de la cantidad diaria recomendada) y con una gran biodisponibilidad, pues se absorbe mejor que el aportado por otros alimentos (aunque tengan una mayor cantidad).

-Nutrientes. Contiene hidratos de carbono, proteínas, vitaminas, minerales (calcio, fósforo, potasio, magnesio, etc.) imprescindibles para el organismo.

-Obesidad. Aún se sigue estudiando la relación existente, pero se cree que el calcio interviene en la asimilación de la grasa.

-Tensión arterial. Algunos estudios señalan que el consumo de un yogur desnatado al día reduce la tensión arterial por su contenido en potasio.

-Tono muscular. Las proteínas presentes en el yogur son de alto valor biológico y contiene todos los aminoácidos esenciales que el organismo necesita. Esta composición nutricional nos ayuda a mantener de manera adecuada la masa muscular que se va debilitando con la edad o la realización de dietas extremas.