El Krill es un animal marino similar a un camarón o una gamba transparente que mide menos de 3 cm. y pesa aproximadamente 2 gramos. Vive en diferentes zonas (fundamentalmente en el océano Antártico), se alimenta de fitoplancton y es la fuente de nutrientes de animales marinos como las ballenas y las focas. Se conocen muchas especies en todo el mundo, pero para extraer el aceite se utiliza preferentemente la Euphausia superba.

En muchos países se come directamente el krill. En Japón, por ejemplo, se utiliza desde hace mucho tiempo como alimento (denominado okiami) y se añade a sopas, entrantes y ensaladas. Tiene un sabor fuerte y salado que no gusta a todo el mundo.

A partir del crustáceo se extrae un aceite. El proceso pasa por congelar inmediatamente al krill y extraer en frío el aceite, porque el calor altera su estructura química y modifica sus características. Se le atribuyen propiedades muy interesantes relacionadas con la prevención de enfermedades cardiovasculares y degeneración cognitiva. Se considera que aumenta la energía, controla los niveles de colesterol, reduce la rigidez articular, mejora el sistema inmunológico, disminuye la retención de líquidos y mejora el síndrome premenstrual.

En su composición química destaca la presencia de ácidos grasos omega 3 (con una biodisponibilidad muy alta), fosfolípidos (componentes fundamentales de las membranas celulares), antioxidantes (especialmente un carotenoide denominado astaxantina), vitaminas (A y E), flavonoides, etc. Esta composición equilibrada evita la oxidación (algo que puede ocurrir con otros aceites de este tipo) ya que la presencia de fosfolípidos lo garantiza. Además, no provoca reflujo o náuseas ni deja un excesivo sabor a pescado tras su ingesta.

Se han presentado algunos efectos secundarios entre sus consumidores que incluyen mal aliento, acidez, malestar de estómago o diarrea. Puede interactuar con ciertos medicamentos como los anticoagulantes, los estrógenos, los analgésicos o los diuréticos, por lo que es fundamental tener precaución y consultar al médico.

No pueden consumirlo quienes sufren alergia al pescado o al marisco (especialmente a los camarones). Los síntomas que acompañan a este cuadro incluyen la dificultad para respirar o la hinchazón de la cara. Si se presentan, acude a urgencias, pues deben ser tratados por el médico.

Puedes encontrarlo en forma de perlas de gelatina que favorecen la conservación de sus propiedades. Elige un producto que ofrezca garantías de que se ha elaborado de manera correcta (en frío) y carece de metales pesados o contaminantes que pueden resultar peligrosos para la salud. Se recomienda tomarlo por la mañana. Consulta al médico.