Los expertos consideran que el eustrés se activa en los momentos en que tenemos que superar una situación que supone un reto y nos ayuda a salir adelante con éxito. Proporciona a nuestro organismo emociones positivas ante la expectativa de alcanzar el objetivo que nos hemos planteado. Nos permite adaptarnos a esa nueva actividad y salir bien librados. Genera efectos positivos: mejora la actividad mental, ayuda a relacionarse con los demás, aumenta la resistencia física, estimula la creatividad, favorece el control de las emociones, etc.

Es importante controlar el exceso de activación para evitar que lo que sería positivo se transforme en algo negativo. En el proceso intervienen las hormonas habituales: adrenalina (genera el impulso que activa la respuesta rápida ante la situación planteada y mejora nuestro rendimiento físico y mental) y el cortisol (libera la energía necesaria para hacer frente a esta etapa). Los niveles se van modificando con el tiempo atendiendo a las necesidades del organismo.

Cuando la alerta se prolonga en el tiempo puede inclinar la balanza en sentido negativo provocando el estrés y sus síntomas asociados (ansiedad, problemas para respirar, fallos de memoria, problemas de sueño, dolores de cabeza, irritabilidad, problemas digestivos, etc.) Debemos mantenernos en el otro lado, transformando en positivo el estrés (o distrés) que es nocivo.

Para mantener tu estado positivo y no caer en el temido estrés, se recomienda:

-Descansar adecuadamente. Se calcula que es necesario dedicar 7 horas a esta actividad y que el sueño sea reparador. Si te levantas más cansado de lo que te acuestas… plantéate que algo no va bien.

-Dedicar tiempo a lo que te guste hacer. No todo pueden ser responsabilidades y obligaciones. Lee un libro, escribe un diario, habla con tus amigos… lo que sea necesario para desconectar.

-Come bien. No elimines comidas diarias o alimentos fundamentales. Y recurre al “Mood Food”, una tendencia que anima a comer y disfrutar de la sensación. Introduce alimentos ricos en triptófano (precursor de la serotonina) como pavo, pasta, arroz, plátano, pollo, queso, leche, etc.

-Evita pensar en negativo. Intenta ver el vaso medio lleno para animarte a seguir adelante. Pensar en positivo potencia tus posibilidades y te ayuda a ver el lado bueno. Lo malo no es lo que nos ocurre sino lo que pensamos acerca de lo que sucede.

-Asume que te puedes equivocar. Es humano y no debes machacarte por ello. Utilízalo para aprender y disfrutar.

-No exageres. Cuando nos sentimos agobiados, nuestra mente se centra continuamente en el tema que nos absorbe.

-Confía en ti mismo. No siempre todo lo que deseas ocurre; ten paciencia y aprovecha lo que ya tienes. Tu actitud debe ser valiente y generosa a pesar de vivir en una sociedad completamente egoísta… marcarás la diferencia y se valorará.