Cuando se crea un perfume, se destina comercialmente a un determinado tipo de mujer o de hombre. Muchas veces no podemos resistir ese influjo publicitario y nos dejamos llevar por sus normas, ‘identificándonos’ con el modelo que la agencia ha ideado. Pero lo normal, y lo afortunado, es que el olfato decida qué fragancia es la que más se ajusta a la personalidad de uno mismo.

El perfume actúa en nuestro entorno y crea a nuestro alrededor una burbuja olfativa a veces casi inapreciable por uno mismo porque a los pocos minutos de ponernos una fragancia nos habituamos a su olor y dejamos de apreciar su intensidad real; pero el entorno y las personas que estén cerca de nosotros, estarán  afectadas por las partículas de nuestro perfume personal quizá sin darse cuenta.
Los aromas nos fascinan, ya sean florales, dulces, frescos, etc. Nos hacen sentir más seguros y atractivos, porque nos evocan momentos, situaciones normalmente agradables (por eso los elegimos) que nos proporcionan un aire distinto, reforzando nuestra personalidad.

¿A qué huele el cerebro?
Uno de los beneficios más importantes que tienen los perfumes es el efecto positivo que producen los diferentes aromas en nuestro cerebro. Cada olor, ya sea natural o sintético, emite una serie de partículas que entran por las fosas nasales. Nuestra nariz contiene una gran cantidad de neuronas receptoras que toman este olor y envían un mensaje al cerebro que permite reconocer tanto el aroma como identificar de dónde proviene. Cada esencia despierta en nosotros diferentes reacciones y nos generan variados estímulos que van desde la nostalgia a la sensación más plena de felicidad.

Recuerdo de seres queridos
Los aromas evocan recuerdos y este aspecto significa algo muy importante en el comportamiento humano. Muchos de nosotros nos sentimos felices cuando olemos una fragancia que nos recuerda a un pariente querido, a un amigo o a un enamorado. Es interesante ver cómo cuando alguien usa un perfume con cierta frecuencia, sus amigos y familiares empiezan a asociar ese olor con esa persona. También es curioso comprobar cómo el mismo perfume, en dos personas distintas tiene un olor diferente.

Dice mucho de ti
El perfume que eliges indica o transmite a la gente algo acerca de ti, ayudándote a consolidar tu personalidad, respalda y apoya tu propio yo. Lo más habitual es que aquellas personas que son extrovertidas elijan perfumes fuertes y notorios y las personas tímidas se decanten por fragancias dulces y suaves.

Atracción sexual
El  perfume también tiene un papel importante a la hora de incrementar el atractivo sexual de una persona. Esta atracción está influenciada por determinados olores que no son perceptibles. Producidos por las feromonas, sustancias químicas que genera nuestro cuerpo de forma natural, su objetivo es atraer al sexo opuesto. Por ello y para incrementar el sex appeal, algunas marcas de perfumes agregan feromonas artificiales a sus fragancias.

Acto social
Estudios realizados indican que las personas que se perfuman tienen un mejor concepto de sí mismas que las que no lo hacen. Asimismo, estos estudios revelan que quienes pretenden destacar socialmente consumen varios perfumes diferentes, y, en cambio, aquellos que prefieren pasar desapercibidas, utilizan siempre el mismo.

Ilustra el tema, de arriba abajo:
The Glacé Aqua Parfum Terry de Gunzburg. Un agua fresca chispeante y persistente, inspirada en los jardines de Saint Remy de Provence. PVP: 132 € /100 ml.
Rose de Taïf de Perris Montecarlo. La rosa más preciada de Arabia, la rosa de Taïf, protagoniza este aroma dedicado a la reina de las flores. PVP: 125 € /100 ml.
Another Oud, de Juliette has a gun. Familia olfativa: Amaderada. Sorprendente. PVP: 120 € / 100 ml.
Batucada de L’Artisan Parfumeur. Salida chispeante y cítrica. Una ráfaga de lima, cachaça y menta fresca. PVP: 78 € / 50 ml.
Viva La Juicy Rosé. Eau de Parfum Spray. PVP: 52 € / 30 ml.