Controlar su alimentación y mejorarla en lo que consideremos necesario evitará que padezcan obesidad infantil, un problema que aumenta de manera alarmante desde hace unos años. Acude a su pediatra y sigue sus indicaciones. Prevenir la obesidad es una tarea que puedes iniciar aprovechando la llegada del verano, con el fin de curso y el comienzo de unas largas vacaciones. Es el momento para iniciar una nueva etapa o reforzar lo que ya hacíais, buscando nuevas formas de comer y otras actividades lúdicas que supongan ejercicio. Sería recomendable:

- Planificar los menús entre todos, ir a la compra, cocinar, poner la mesa y sentarse (sin la televisión) para disfrutar de la comida y la conversación. Adapta el horario y convierte la comida en ese momento familiar.

- Comer de todo sin excluir alimentos porque “no nos gustan”. Es fundamental acostumbrarse a los distintos sabores desde pequeños. Si algo no gusta, se come menos pero se come; así evitarás carencias nutricionales. 

- Reducir sal, grasa y azúcares de la dieta. Utiliza sal yodada para prevenir problemas de tiroides; evita las grasas animales y limita el consumo de chucherías.

- Consumir frutas y verduras de temporada, cinco raciones diarias repartidas como te resulte más cómodo.

- Utilizar en su dieta diaria cereales (mejor integrales y sin azúcares añadidos), patatas y legumbres. Son una buena fuente de energía, pero no pueden excluir el consumo de otros nutrientes imprescindibles (proteínas, fibra, vitaminas, etc.). No olvides los lácteos, fundamentales para el desarrollo de sus huesos.

- No guardar en la despensa productos negativos para la salud. Si contiene gusanitos, patatas fritas, chocolate, etc., al niño le será muy difícil resistirse a tomarlos. Deben considerarse elementos para “ocasiones especiales”.

- Plantear un desayuno completo que incluya cereales, lácteos y fruta. Es fundamental para su salud.

- Beber agua en vez de refrescos, zumos azucarados, etc. Puede tomar leche y zumos naturales, pero no debe excluir el agua.

- Hacer ejercicio adaptado a su edad. Se recomienda una hora diaria de actividad física moderada: patinar, nadar, jugar al baloncesto, bailar, etc. Si le acompañas, también mejorará tu estado físico.

- Elegir actividades que le motiven. Hay muchos “campamentos” organizados con diferentes posibilidades que pueden interesarle. No deben considerarlo un sacrificio; es un premio para él, para aprender cosas nuevas y para que disfrute de su tiempo.

- Apagar la televisión, la consola y el ordenador. Puede dedicarles un rato cada día, pero no convertirse en su único ocio.

En la infancia y adolescencia se adquieren las preferencias y actitudes; si adoptan comportamientos perjudiciales, será muy difícil modificarlos posteriormente. Anímales a hacer deporte, comer sano, disfrutar de los espacios exteriores, del silencio al apagar la televisión, etc. ¡De mayores te lo agradecerán!