Se considera un signo relacionado con la atrofia vaginal, un adelgazamiento e inflamación de las paredes de la vagina debido a la disminución de la concentración estrogénica, que causa síntomas incómodos a quienes la padecen. También se ha relacionado con el estrés (asociado al trabajo, los problemas personales, etc.) que influye negativamente a este nivel.

Las causas son muy variadas. Las más frecuentes serían: una disminución hormonal típica de la menopausia, el uso de anticonceptivos orales, los tratamientos supresores hormonales, la vaginitis, la escasa estimulación sexual, etc.

Los síntomas incluyen: picor genital, flujo escaso o maloliente, infecciones vaginales, inflamación local, ardor, infecciones urinarias, incontinencia urinaria, dolor al orinar, molestias durante las relaciones sexuales, etc.

Las recomendaciones generales incluyen:

-Consulta a tu médico. Acude al ginecólogo y hazte una revisión completa. Existen terapias de sustitución hormonal que deben ser pautadas por el especialista.

-No te automediques. Son muchas las opciones que puedes encontrar en los diferentes puntos de venta, pero deben ser recomendadas por el médico.

-Utiliza lubricantes e hidratantes vaginales a diario y, especialmente, antes de las relaciones sexuales. Elige los que contienen compuestos naturales que, normalmente, no presentan efectos secundarios. Consulta a tu farmacéutico.

-Consumir semillas de soja, pues contienen isoflavonas que tienen un efecto similar a los estrógenos. Puedes encontrar diferentes productos con estos compuestos como el tofu, la leche, etc. de los que aún no se conocen sus efectos a largo plazo y los estudios son controvertidos. Consulta a tu ginecólogo si están indicados para ti.

-Controla tu higiene íntima. Utiliza jabones adecuados que restablezcan la elasticidad y humectación de la zona sin afectar a su estructura y fisiología.

-Deja de fumar. El tabaco reduce la producción de estrógenos y favorece la aparición de la sequedad a todos los niveles.

-Evita la utilización de compuestos químicos irritantes y agresivos en la zona genital. Elige los que están especialmente formulados para esa parte de tu anatomía.

-Bebe más agua. Mantener la hidratación corporal general favorece la humectación de la zona.

-Evita el consumo de compuestos causantes de deshidratación como la cafeína, los antihistamínicos o el alcohol.

-Incluye en tu dieta habitual alimentos ricos en vitaminas (A y del grupo B), betacarotenos y fitoestrógenos como el lino, las nueces, el apio, la alfalfa, etc.

-No renuncies a tu vida sexual. Incluso resulta beneficiosa para el problema de la sequedad.

Los expertos coinciden en que la mejor solución pasa por la utilización de compuestos lubricantes e hidratantes controlados sanitariamente y que mejoran los síntomas asociados a la sequedad. Consulta a tu ginecólogo y sigue sus indicaciones.