Victoria Carmona
El verano también es una época de especial cuidado de nuestros labios: el calor, la sequedad del ambiente, los aires acondicionados o el sol acaban dañando esta parte de nuestro rostro y por ello no debemos olvidarnos de hidratarlos, repararlos y regenerarlos.
La piel de los labios es tan delicada porque está expuesta directamente al medio ambiente, carece de glándulas sebáceas, que proporcionan grasa natural, glándulas sudoríparas que le darían humedad y folículos pilosos; que les ayudaría a protegerse de agentes externos. Además tiene poca melanina, haciéndoles más vulnerables a la exposición ...
La piel de los labios es tan delicada porque está expuesta directamente al medio ambiente, carece de glándulas sebáceas, que proporcionan grasa natural, glándulas sudoríparas que le darían humedad y folículos pilosos; que les ayudaría a protegerse de agentes externos. Además tiene poca melanina, haciéndoles más vulnerables a la exposición solar.
Tres pautas ineludibles
La mejor manera de proteger nuestros labios es seguir tres pautas que no podemos pasar por alto: hidratar, reparar y regenerar. Hay que preservar su humedad natural y mantenerlos a salvo de la acción de los rayos ultravioleta. De manera que hay que aplicar con frecuencia productos como protectores labiales, vaselinas o cacaos. Con ellos, los labios tendrán la grasa necesaria para nutrirlos y evitar que se resequen y cuarteen.
También hay que tener a mano un bálsamo que ayude a reparar posibles daños ocasionales y a regenerar esta fina piel, retrasando el paso del tiempo. Lo mejor es elegir aquellos con protección solar que los mantenga a salvo de los rayos ultravioletas.
Lo que nunca debemos hacer
1. Morderse los labios o quitar la piel seca con los dientes, ya que así estamos quitando la primera capa que protege el labio; llegando incluso a producirse heridas.
2. Humedecerlos con la lengua, ya que la saliva reseca la zona.
3. Dormir con el maquillaje, ya que así se evita que se oxigene la zona.
Ejercicios para rejuvenecer la sonrisa
Con 20 veces practicados a diario, tu boca se verá más joven:
1. Haz una O con la boca mientras presionas con fuerza el labio superior contra los dientes superiores. Después intenta sonreir.
2. Con los dedos índices, presiona sobre las comisuras y lleva los dedos hacia fuera como si intentaras sonreír.
3. Pronuncia la vocal E de forma exagerada para que los músculos de la zona se fortalezcan.
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