Además de la aparición de estrías o la retención de líquidos, el embarazo aumenta el riesgo de padecer enfermedades bucodentales y oculares, por lo que las mujeres gestantes deben ser especialmente cuidadosas con estos puntos concretos de su anatomía.

Puedes ir al dentista con normalidad, ya que el embarazo no lo impide. Lo ideal sería aplazar hasta después del parto cualquier “problema” detectado durante la visita que no sea urgente. De ser imprescindible realizarlo, se recomienda hacerlo durante el segundo trimestre, entre el cuarto y el sexto mes, para minimizar riesgos. Entre los consejos más interesantes destacaría que:

-La gingivitis gestacional asociada a las variaciones hormonales que provocan la inflamación de las encías puede causar incluso la pérdida de alguna pieza dental. Se recomienda no comer azúcar, comer frutas a mordiscos y masajear las encías tras el cepillado.

-La caries es más frecuente debido a los cambios en la dieta (mayor ingesta de hidratos de carbono, etc.), los vómitos o el reflujo. Se recomienda una buena higiene oral, comer alimentos neutralizantes de los ácidos de la placa (huevos, pescado, carne, verduras, etc.), frutos secos (favorecen la asimilación del calcio) o el queso curado (remineralizante).

-La higiene oral debe ser perfecta y escrupulosa. Cepillado tras cada comida durante varios minutos con cepillos de cerdas suaves, hilo dental un mínimo de dos veces al día, colutorio sin alcohol para que las encías no sufran excesivamente y raspador de lengua.

A nivel ocular, es fundamental realizar las revisiones pautadas por el especialista, pues es un período en el que pueden incrementarse los problemas visuales (como la miopía) o aparecer patologías nuevas. Destacaríamos que:

-Suele producirse sequedad ocular debida a la disminución de la secreción lagrimal, por lo que las lentillas pueden “resultar más incómodas” en esta etapa. Se recomienda utilizar gotas específicas para humectar el ojo. Deben ser pautadas por el médico para evitar componentes que no pueden utilizarse durante la gestación.

-Aumento de la sensibilidad a la luz que puede resultar muy incómoda. Utiliza gafas de sol homologadas.

-Incremento de la miopía relacionada con el aumento del grosor de la córnea. Normalmente se vuelve a los valores previos tras el parto, por lo que no se recomienda tomar medidas radicales hasta que nazca el bebé.

-Párpados hinchados por las mañanas debido a problemas circulatorios asociados a cambios hormonales. Puede utilizarse un antifaz frío para reducirlos.

-Cuidado especial si se ven manchas o destellos de luz, aparece visión doble o borrosa, sensibilidad a la luz, pérdida temporal de visión, etc. porque pueden ser indicativos de la existencia de preeclampsia que debe ser tratada por el médico inmediatamente.