Aunque son muchos los consejos adecuados que proporcionan los expertos, existen demasiadas leyendas populares relativas a lo que beneficia o perjudica nuestra salud que se han incrustado en nuestra mente y resultan difíciles de erradicar. La mejor opción es acudir a un profesional médico y seguir sus indicaciones.

Hemos seleccionado unas ideas que pueden ayudarte a mejorar tu dieta y, consecuentemente, tu salud:

1. Escoge el pan. Son muchas las opciones a tu alcance y no tienes que caer en la rutina ni renunciar a su consumo. Un verdadero integral (elaborado con buenas harinas) o sin gluten (si tienes problemas con su ingesta) resultan perfectos y saludables.

2. Cambia tu menaje. Utiliza platos de pequeño tamaño para reducir la cantidad de comida que te sirves. Escoge el color porque también influye en tus sensaciones (se cree que el azul sería el que más sensación de saciedad produciría, por lo que te ayudaría a reducir la ingesta).

3. Acude a un restaurante. No tienes que renunciar a nada. Simplemente selecciona bien lo que vas a pedir y racionaliza el consumo. Opta por un entrante suave y un plato principal más contundente. Si te apetece un postre, céntrate en el que sea más bajo en grasa y calorías, aunque tampoco importa demasiado que un día te permitas un capricho.

4. Come de todo. Renunciar sistemáticamente a ciertos alimentos no supone ninguna ventaja ni te ayuda a perder peso o cuidar tu salud. Solo debe eliminarse lo que indique el médico de manera concreta para evitar, por ejemplo, una alergia alimentaria.

5. Disfruta de la comida. Debe ser un momento especial en el que únicamente te dediques a eso. Atender llamadas, mirar el móvil, ver la televisión, etc. te distraerán de lo que estás haciendo y te perjudicará. Comer con amigos o familia disfrutando de una conversación agradable resulta muy satisfactorio y saludable.

6. Mejora tu digestión. Si sufres con este proceso, formas gases, se te hincha la barriga, etc. debes consultar a tu médico y seguir sus indicaciones. En ocasiones mejora cuando se eliminan ciertos componentes de la dieta (gluten, lactosa, etc.) pero debe ser indicado por el facultativo y no una decisión personal.

7. Incluye alimentos imprescindibles. Aunque son muchos los que pueden entrar en esta clasificación, hemos seleccionado los más asequibles: chocolate negro (antioxidante), especias (en lugar de sal), frutos secos (con proteínas de alta calidad y grasas saludables), grosellas negras (antioxidantes y bajas en calorías), perejil (con vitamina C), té verde (hidratante y antioxidante), trigo sarraceno (rico en fibra y saciante), vinagre, etc.

Plantéate que la comida es un elemento importante que influye directamente en tu salud y estado de ánimo. No podemos estar siempre a dieta y renunciar a lo que nos gusta o apetece de manera sistemática. Racionaliza y disfruta.