Carmen Reija
Muchas madres –y padres- comentan disgustados este “problema” porque afecta a su calidad de vida y se sienten desbordados por una situación que no pueden controlar. Desde luego no es sencillo y aunque son muchos los niños incapaces de controlar su vejiga, el hecho de pertenecer a ese grupo tan numeroso no alivia a los sufridos padres que tienen que pasar las noches de un lado para otro. No debes tomarlo como un problema serio, pues normalmente no lo es, sino como una situación que debe ser modificada con paciencia y la colaboración de todos los implicados.
Su denominación, enuresis nocturna, se refiere al hecho de mojar la cama a una edad igual o superior a los 5 años. Entre el 6 y el 10% de los niños de siete años siguen haciéndolo a esa edad. Es un problema con importantes repercusiones en el niño como baja ...
Su denominación, enuresis nocturna, se refiere al hecho de mojar la cama a una edad igual o superior a los 5 años. Entre el 6 y el 10% de los niños de siete años siguen haciéndolo a esa edad. Es un problema con importantes repercusiones en el niño como baja autoestima, vergüenza, preocupación por su imagen, conflictos familiares, bajo rendimiento escolar, etc. Aunque el problema puede resolverse de manera espontánea, también puede retrasarse si no se aplica un tratamiento adecuado. Acude a tu médico para que te indique la manera más adecuada de abordarlo.
Debes consultar a tu médico si:
-Orina menos de 4 veces o más de 8 al día.
-Siente dolor o escozor al orinar, presenta dificultad o necesidad de hacer fuerza para orinar, siente un deseo de micción urgente y repentino o forma un chorro entrecortado, débil o con goteo.
-Tiene más de tres años, no usa pañal y sufre escapes de orina durante el día.
-Tiene cinco años y presenta escapes de orina durante el sueño.
-Pone posturas extrañas para evitar que se le escape la orina o presenta incontinencia al reírse o toser.
-Presenta anomalías genitales que dificultan la micción (fimosis, labios pegados, etc.)
Se recomienda orinar más de 6 veces al día con un horario determinado, beber más por la mañana que por la noche y no beber nada antes de acostarse, evitar los factores que afectan a la vejiga (nervios, enfados, frío, humedad, estreñimiento, etc.). Podemos resumirlo en:
-Levantarse con tiempo y sin prisas.
-Hacer pis antes de desayunar, comer, merendar, cenar y acostarse y despacio.
-Desayunar bien, beber líquidos y hacer pis de nuevo antes de salir de casa.
-Vestirse adecuadamente para no pasar frío ni mojarse.
-Evitar salir al baño durante las clases.
-Tomar durante el recreo comida y bebida. No sentarse en el suelo, no mojarse. Hacer pis antes de volver a clase.
-Si se suda durante el ejercicio, secarse cuanto antes.
-No quedarse con el bañador mojado.
-Cenar temprano y ligero, una hora y media antes de acostarse, evitar los alimentos salados y los líquidos excesivos.
-Evitar los nervios y peleas antes de dormir.
-No pasar más de 10 horas sin hacer pis.
En ocasiones, la precocidad en “sacarles el pañal” es el origen de la enuresis. El niño debe ser lo bastante maduro como para entender el proceso y adaptarse a él. Lo normal es que lo controle al cumplir 3 años, pero no es una regla exacta, pues hay niños que lo hacen a los 2 (o antes) y otros no lo consiguen hasta los 5. Debemos buscar soluciones, sobre todo por él, para evitar que entre en una dinámica que le causará baja autoestima, ansiedad, miedo a dormir fuera de su casa, etc.
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