En la elección de la “pastilla” influyen muchas consideraciones que el laboratorio farmacéutico se plantea antes de sacar el producto al mercado. Es muy importante acertar porque los estudios relacionan este factor con el impacto directo en la adherencia al tratamiento de los usuarios. También son importantes como vía de administración de lo que de verdad importa: el principio activo que resulta eficaz para tratar la patología que nos afecta.

Planteamos algunas consideraciones que pueden resultar interesantes a la hora de comprender los motivos por los que se elige una u otra forma:

-Desde que se aprueba un principio activo hasta que sale al mercado pasan aproximadamente 13 años de media, por lo que los laboratorios invierten mucho dinero en cada producto. Para que sea rentable, eligen una formulación que resulte atractiva para que los consumidores no la rechacen e incrementar las ventas.

-Suelen ser redondas porque las máquinas utilizadas en su elaboración están así configuradas y resultaría muy costoso cambiar toda la infraestructura. Además, esa forma redondeada facilita su desplazamiento por los conductos de la fábrica porque ruedan mucho mejor.

-El color suele ser blanco, rojizo (óxidos de hierro), amarillo o anaranjado (carotenoides). Aunque no hay estudios que lo confirmen, las teorías de los colores señalan que el rojo es bueno para el sistema cardiovascular, el verde se asocia a lo vegetal y natural, el amarillo es beneficioso para los nervios, etc. La preferencia de los consumidores es el blanco porque se relaciona con la pureza y para los laboratorios resulta mucho más económico que tener que añadir los colorantes.

-Algunas llevan una laca externa para enmascarar el sabor y protegerlas de la luz y la humedad que afectaría al principio activo y a su efecto en el organismo.

-Para favorecer la fabricación y mejorar el sabor se utilizan sustancias como la lactosa, el carbonato cálcico o el almidón de maíz, arroz o patata.

-El tamaño es muy variable, pero su eficacia no se ve influida por ello. Las hay muy pequeñas y otras demasiado grandes (lo que dificulta su consumo según señalan los usuarios). Normalmente, los antibióticos son de tamaño grande porque es necesario administrar una mayor cantidad de principio activo.

-Los principios activos más sensibles se presentan en forma de cápsula para facilitar su absorción en el punto adecuado del organismo.

-Los nombres comerciales se eligen en agencias especializadas que los inventan y patentan antes de ser publicitados. Suelen inclinarse por palabras cortas y fácilmente reconocibles y comprensibles en los diferentes países de la Unión Europea. Curiosamente incluyen letras específicas (como la z o la x) porque resultan más atractivas a los usuarios.