Una dieta desequilibrada y con poca fibra, beber poco, el sedentarismo, los viajes, el embarazo y ciertos fármacos pueden ocasionar el denominado estreñimiento funcional. Cualquiera de estas situaciones debe ser analizada por el médico y modificada por el paciente (en función de sus pautas) evitando la automedicación.

A nivel fitoterapéutico, suele utilizarse la cáscara sagrada (Rhamnus purshiana), un árbol de hoja caduca, inflorescencias y frutos en drupa que contienen dos o tres semillas en su interior.

En su composición química destacaría la presencia de: ácidos (linoléico, oxálico, etc.), antraquinonas (muy activas a nivel intestinal), taninos, fibra, etc. que le confieren sus propiedades específicas. La preparación habitual se obtiene a partir de la corteza de ramas y tronco, que se trocea y seca antes de procesarla, pues en fresco contiene una toxina que provoca vómitos y cólicos intestinales.

Se comercializa de maneras variadas: en forma líquida (tintura), en polvo (comprimidos), infusión, macerada, etc., pudiendo combinarse con otras plantas de efecto similar como frángula o sen.

Las indicaciones terapéuticas incluyen el tratamiento del estreñimiento ocasional o la resolución de situaciones en las que se hace necesario facilitar la evacuación: fisuras, hemorroides, etc. Es un laxante estimulante que sólo se puede usar bajo prescripción, de forma esporádica (máximo 7 días) y mejor por la noche (pues tarda unas 8 horas en hacer efecto).

Provoca efectos secundarios como: diarrea, espasmos intestinales, dolor abdominal, pérdida de electrolitos (hipopotasemia e hipocalcemia), etc. No es aconsejable su uso prolongado porque puede generar un desequilibrio electrolítico irreversible a nivel de la mucosa intestinal; tampoco durante el embarazo o la lactancia, ni en niños menores de 6 años, ni ancianos. En algunos casos se presentan problemas de malabsorción de alimentos y fármacos, lo que provoca alteraciones del organismo por falta de ciertos nutrientes y una mala regulación de los tratamientos farmacológicos. También se cree que puede provocar una cierta dependencia porque la musculatura del intestino pierde tonicidad y su funcionamiento puede verse afectado.

Está contraindicado en casos de obstrucción y oclusión intestinal, estreñimiento crónico, colitis ulcerosa, Crohn, inflamación intestinal, colon irritable, apendicitis, dolor abdominal sin foco, cistitis, hemorroides, insuficiencia hepática, renal o cardíaca y durante el tratamiento con cardiotónicos. Interacciona con fármacos antiarrítmicos, digitálicos, diuréticos tiazídicos, corticoides, estrógenos, indometacina, etc.

Se recomienda su uso racional porque, aunque se considera más suave que sen, ruibarbo o aloe, es falso, pues irrita igualmente la mucosa y puede causar estreñimiento crónico (al dañar las terminaciones nerviosas del intestino grueso) y desequilibrios electrolíticos (graves por ejemplo, en los enfermos de corazón). Su utilización debe realizarse de manera puntual y siempre bajo el control del médico.