Se cree que la cuperosis se forma por dilatación permanente de los vasos capilares de la piel, que pierden su elasticidad y la sangre se estanca en su interior. Como la epidermis es transparente, se pueden observar unos filamentos rojizos más o menos largos y de forma sinuosa denominados también telangiectasias o arañas vasculares.

Se localiza normalmente en las mejillas y las aletas de la nariz, pudiendo extenderse a la barbilla, el cuello y el escote. Es más frecuente en personas de piel blanca y fina. Se presenta en todo tipo de pieles (normales, secas y mixtas), aunque es más habitual en las personas que tienen una piel sensible porque resulta más reactiva.

Las causas de su aparición son variadas. A nivel externo destacaría: viento, frío, sol, cambios bruscos de temperatura, lavarse con agua fría habitualmente, contacto con sustancias irritantes, permanecer varias horas al calor de la calefacción, uso de esteroides locales durante mucho tiempo, etc. A nivel interno: digestiones pesadas que originan un eritema tras la comida, hipertensión, algunas hepatopatías, diabetes, problemas nerviosos, rosácea, menopausia, embarazo, etc.

De manera general, se recomienda:

-A nivel dermatológico: el maquillaje con filtro solar especial para piel sensible, evitar exfoliantes o astringentes fuertes, no frotar la piel con abrasivos, no restregar con la toalla, en personas que no usan maquillaje deben utilizar cremas con filtro solar (mejor pantalla total), elegir cremas no grasas y sin corticoides, evitar los tónicos con alcohol, limpiar adecuadamente utilizando lociones con extracto de camomila, usar crema antiarrugas para el sol, etc.

-A nivel personal: evitar el estrés, pues se considera un factor determinante en su aparición. Practicar yoga, respirar profundo, utilizar técnicas de relajación, etc. puede resultar adecuado.

-A nivel nutricional: se debe comer lentamente y masticar despacio cada bocado. Evitar las bebidas alcohólicas, las comidas calientes, los quesos fermentados, el alcohol y los picantes. Consumir alimentos ricos en vitaminas (C, E, P, B2 y B6) que refuerzan los capilares.

A nivel preventivo, el corrector facial y el maquillaje fluido hidratante suelen funcionar y reducen su visibilidad si ya se ha presentado. También resulta fundamental moderar la exposición solar y utilizar filtros adecuados (pantalla total específica para pieles sensibles).

El diagnóstico debe hacerlo el médico. Lo mismo ocurre con el tratamiento una vez instaurada la cuperosis. Se está utilizando la luz pulsada con buenos resultados, pero no puede hacerse sin control ni en todas las circunstancias. Acude a un profesional cualificado.