Las alergias producen numerosos síntomas que afectan a la calidad de vida de los enfermos y, para reducirlos, se tratan con medicamentos concretos cuyo mecanismo de acción está demostrado. Cierto es que provocan efectos “secundarios” como el sueño, pero no son tan incómodos como para que impidan su utilización.

Los seguidores de la “doctrina natural” recomiendan varios compuestos a los que atribuyen propiedades relacionadas con la reducción de los síntomas que acompañan a las alergias más frecuentes. Entre los más utilizados, destacaría que:

-Para mejorar los síntomas de la rinitis y la conjuntivitis, como estornudos, mucosidad y picor en los ojos, la medicina oficial recomienda el uso de antihistamínicos (que causan somnolencia, confusión, etc. como efectos secundarios). Las alternativas “naturales” serían las perlas de ajo, el extracto de pepita de uva y la ortiga, que funcionarían como antihistamínicos naturales y reducirían los síntomas.

-Para reducir la acumulación de mucosidad en las vías nasales se utilizan fármacos descongestivos de diferentes grupos en forma de gotas o aerosoles que, normalmente, actúan estrechando los vasos sanguíneos y reduciendo el moco. Las alternativas “naturales” serían la ortiga y el sol de oro.

-Para mejorar los síntomas asmáticos o bronquíticos y facilitar la respiración del enfermo se usan fármacos (albuterol, terbutalina, etc.) que relajan la musculatura lisa de las vías respiratorias y dilatan los bronquios. Entre las alternativas “naturales”, se encuentran: los suplementos de magnesio (con acción relajante sobre los bronquios), la vitamina B6 o piridoxina, las decocciones de hiedra, tomillo y marrubio (con acción broncodilatadora y expectorante) o preparados a base de efedra.

-Para eliminar los síntomas de inflamación se usan corticosteroides (cortisona, por ejemplo) en forma de píldoras, inyecciones, inhaladores o cremas. Las alternativas “naturales” serían: los aceites de onagra, de semillas en general y de pescado (ricos en ácidos grasos omega 3), las enzimas digestivas (la bromelina y la papaína, entre otros), la raíz de regaliz, el aceite de árbol de té, etc.

Sea cual sea tu opinión, debes consultarle al médico la situación y jamás dejar el tratamiento que él te haya pautado. Conocer todas las opciones te ayudará a entender el proceso en el que te encuentras inmerso, pero es fundamental que tu médico controle lo que estás tomando. También los compuestos naturales tienen efectos secundarios y, en muchos casos, no pueden ser consumidos conjuntamente ni en combinaciones anómalas con medicamentos de la farmacopea oficial.