Los datos que manejan los expertos indican que en España se consumen cuatro millones de toneladas anuales de plástico presente en bolsas, envases, pajitas, etc. de elementos que sólo se pueden usar una vez y que tardará en descomponerse muchos años. Se calcula que en la superficie tardaría cientos de años y en el fondo del mar (donde hay poca luz y oxígeno) podría permanecer miles de años. Además, si nos centramos en el medio marino, se cree que son ocho millones las toneladas que llegan a este espacio y se ha observado que se fragmenta en partículas diminutas que acabarán entrando en la cadena trófica a través del zooplancton y los animales marinos que se alimentan del mismo.

Las imágenes son demoledoras. El término "mar de plástico" se utilizaba hasta hace pocos años para denominar las gigantescas plantaciones existentes en ciertas zonas de nuestro país que aparecen cubiertas por interminables capas de plástico protector de los cultivos locales. Pero creo que debería aplicarse a lo que está ocurriendo en nuestras costas en las que la especie más abundante actualmente es el plástico en sus innumerables variedades.

Las nuevas leyes implantadas en España nos han obligado a reaccionar y comprender que la única alternativa para mantener la salud de nuestro planeta (y la nuestra como organismos humanos que habitan en él) consiste en reducir la utilización de plástico. El primer paso puede centrarse en la sustitución completa de las bolsas plásticas que usamos para todo. Las alternativas son numerosas y todas ecológicas. Te proponemos diferentes materiales entre los que encontrarás el que mejor se adapte a tus necesidades:

-Algodón, un compuesto natural con el que se elaboran muchos productos de uso habitual y que ha demostrado su capacidad de adaptación a todas las situaciones. Las bolsas que se elaboran con algodón son reutilizables, lavables, resistentes y cómodas. También son fácilmente personalizables ya que se pueden decorar al gusto del consumidor.

-Paja, un material natural con el que se elaboran cestos desde hace muchos años. Su uso se había visto reducido con la aparición de artículos más fácilmente manipulables y de menor coste para los compradores. En la actualidad ha vuelto con fuerza y resulta muy indicado para el transporte de cualquier artículo que hayamos podido adquirir. Su mayor problema es que no resulta completamente impermeable.

-Yute, una planta cuyas fibras se utilizan para embalar múltiples productos aprovechando su capacidad aislante. Se considera muy resistente y se ha comprobado que es biodegradable.

No son las únicas opciones. También se utilizan la rafia (de aspecto similar a la paja, pero difícilmente reciclable por lo que no recomendamos abusar de su empleo) o los biopolímeros (fabricados a partir de fibras de alimentos como el trigo o el maíz que pueden ser degradados en un corto período de tiempo).

Elige la opción que mejor se adapte a ti, pero no olvides que tu colaboración es importante. Una bolsa de plástico de las que habitualmente utilizas te hace servicio pocos minutos y tarda en desaparecer de la naturaleza cientos de años. ¿No crees que compensa modificar tus hábitos?