En 1969, en la Universidad de Stanford, el profesor Philip Zimpardo realizó un experimento de psicología social. Dejó dos coches abandonados en la calle, idénticos, mismo modelo, color y características. Uno lo dejó en el Bronx, en aquel entonces una zona pobre y problemática de Nueva York y el otro ...
En 1969, en la Universidad de Stanford, el profesor Philip Zimpardo realizó un experimento de psicología social. Dejó dos coches abandonados en la calle, idénticos, mismo modelo, color y características. Uno lo dejó en el Bronx, en aquel entonces una zona pobre y problemática de Nueva York y el otro en Palo Alto, una zona rica y tranquila de California. El coche abandonado en el Bronx lo dejó abierto y al poco rompieron las ventanillas, robaron las ruedas y la radio; lo dejaron inservible. Sin embargo, el otro se mantuvo intacto, nadie se acercó a él en una semana. Los investigadores decidieron golpear y abollar el coche y al poco, se repitió lo mismo que con el coche del Bronx, robo y vandalismo hasta destrozarlo.
¿Por qué sucede esto? La ventana rota tiene un mensaje directo: aquí no hay nadie que cuide de esto. Imagina que, en tu barrio, una vivienda o un local comercial está deshabitado y a las semanas observas que por fuera se ve suciedad y aparece una ventana rota, si no se arregla al poco veremos cómo aparecen más desperfectos, y en tu barrio aumentará el vandalismo y la suciedad. Un efecto que expertos en limpieza como BISSELL ha puesto en valor aplicándolo en espacios como el hogar. Es como una plaga, se contagian los elementos de alrededor, creando suciedad y abandono.
Así, de la mano de BISSELL España, expertos en limpieza y cuidados del hogar comparten su experiencia y su conocimiento tecnológico para dar respuesta a las necesidades de limpieza de cada hogar. En concreto, BISSELL conoce las peculiaridades de cada hogar y por ello, saben que tras una jornada laboral cuando se llega a casa y se ven todas las tareas pendientes no se sabe por dónde empezar y, a veces, tienden a aumentar y a empeorar. En este sentido, BISSELL recomienda distribuir el tiempo para reparar esas "ventanas rotas". Es decir, por la mañana hacer la cama, incluso cuando tengas más cosas que hacer. Tras el desayuno, recógelo, no es necesario dejar la cocina impecable, pero si a la vuelta de tu jornada ves que está todo recogido y limpio la llegada será más armoniosa y te podrás dedicar a realizar otras tareas.
No vale dedicar el triple de tiempo recogiendo todo el fin de semana y luego, entre semana, dejar las cosas sin recoger y así continuamente. Porque, al final, no se encuentra el momento de ordenarlo todo. "Si se rompe algo de casa, arréglalo en el menor tiempo posible. Si el cesto está lleno de ropa, despéjalo. Intenta hacer las cosas al momento y si no puedes, organízate para antes de acostarte hacerlo porque si no lo irás acumulando", explican los expertos. Por eso, según BISSELL, si poco a poco se van cumpliendo esos hábitos se creará una rutina en el orden del hogar, es decir, que mantener la casa en buenas condiciones puede contribuir a disminuir el tiempo y el esfuerzo en su limpieza. Una lógica que BISSELL aplica en sus prácticas de limpieza para mejorar en eficiencia y efectividad.
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