La Música es un instrumento de aprendizaje y vehículo de transmisión del saber. Ya en la antigua Grecia era considerada un pilar fundamental de la educación, un elemento de perfección y un instrumento con el que mejorar la conducta humana. Todos conocemos el refrán "la música amansa a las fieras", ...
La Música es un instrumento de aprendizaje y vehículo de transmisión del saber. Ya en la antigua Grecia era considerada un pilar fundamental de la educación, un elemento de perfección y un instrumento con el que mejorar la conducta humana. Todos conocemos el refrán "la música amansa a las fieras", aunque no sea completamente objetivable. Reconocidos filósofos como Platón y Aristóteles estaban plenamente convencidos de que la Música, la geometría, la aritmética y la astronomía constituían el saber por antonomasia. Estas categorías podrían compilar todo el saber acumulado por la Humanidad y bastaría su estudio para formar personas libres.
Actualmente, numerosos estudios han intentado demostrar la influencia que la Música ejerce sobre las personas tanto en el terreno de la conducta como en el del desarrollo físico o psicológico. La Música es emoción. Las emociones nos posicionan en nuestro entorno y son los pilares básicos sobre los que forjamos nuestra personalidad. Emociones y Música comparten la misma región del cerebro; ambas se encuentran ubicadas en el córtex prefrontal, por lo que la Música es capaz de provocar todo tipo de sentimientos. También es fundamental el desarrollo mental que se produce al escuchar estructuras armónicas complejas o simplemente "diferentes", aumenta la capacidad intelectual del oyente, incrementa el desarrollo de la creatividad y favorece el aprendizaje y el sentido crítico.
La Música es más que una simple materia. Se ha demostrado que desarrolla la atención, la concentración, la memoria, la tolerancia, el autocontrol, la sensibilidad, etc. También se ha señalado que favorece el aprendizaje de las lenguas, las matemáticas, la historia y los valores estéticos y sociales y que contribuye al desarrollo intelectual, afectivo, interpersonal, psicomotor, físico, neurológico, etc. A nivel de la cognición musical, la mayoría de los estudios comportamentales y neurocientíficos se centran en el sistema auditivo (córtex auditivo) y su capacidad para percibir los tonos y ritmos que conforman los estímulos musicales.
Tampoco podemos olvidar que la Música y el movimiento han sido asociados desde tiempos inmemoriales. La costumbre de escuchar Música en actitud pasiva es una tradición reciente surgida en el mundo occidental. En otras culturas la Música no se entiende sin el movimiento. Los resultados de numerosos estudios indican que la percepción del ritmo musical está fuertemente vinculada al movimiento, percibido mediante los sistemas vestibular y propioceptivo. Estas investigaciones revelan el carácter multisensorial de la experiencia musical.
Se recomienda que niños y jóvenes escuchen Música y/o toquen un instrumento, porque el estudio de la Música y la práctica instrumental son muy beneficiosos en su desarrollo holístico. Sería recomendable, por ejemplo, que comiencen a edades tempranas con clases de Música y Movimiento, ya que les ayudarían a desarrollar la concentración, la discriminación auditiva, la escucha activa y la psicomotricidad a través del canto, la danza, el juego y la interpretación de canciones con instrumentos de pequeña percusión.
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