Cuidado con el sol, pues, aunque los expertos recomiendan protección solar durante todo el año, nos olvidamos cuando queremos broncearnos rápidamente. No caigas en ese error, pues es imprescindible para prevenir el envejecimiento cutáneo y la aparición del cáncer de piel, según señalan los diferentes estudios científicos. Además, en verano ...
Cuidado con el sol, pues, aunque los expertos recomiendan protección solar durante todo el año, nos olvidamos cuando queremos broncearnos rápidamente. No caigas en ese error, pues es imprescindible para prevenir el envejecimiento cutáneo y la aparición del cáncer de piel, según señalan los diferentes estudios científicos. Además, en verano y sobre todo durante las vacaciones, tomamos el sol, la piel se deshidrata y surgen manchas y descamación dérmica. Para evitarlo es necesario usar un protector solar e hidratarnos adecuadamente por dentro y por fuera. Precaución especial con los niños porque su piel es muy sensible. Es recomendable ponerles crema de protección solar, gorras, gafas, camiseta….y que se pasen mucho tiempo debajo de la sombrilla.
Utiliza un fotoprotector adecuado. Elegirlo resulta complicado, siendo la mejor opción preguntar a un especialista y seguir sus consejos. De manera general, debemos optar por un fotoprotector con factor elevado, no escatimar en la cantidad, extremar las precauciones en zonas sensibles (cara, cuello, calva, orejas, etc.), ponerlo media hora antes de la exposición al sol y repetir la aplicación a menudo sin esperar a notar "que nos pica la piel".
Hidrátate por dentro y por fuera, pues el agua es fundamental. La hidratación es imprescindible para mantener la piel en perfecto estado y, además de aportarla en forma de cremas, debemos ingerirla de manera adecuada. Las elevadas temperaturas hacen imprescindible que nos hidratemos bebiendo, aunque no sintamos sed y estar pendientes de niños y ancianos para evitar que se deshidraten. Puedes tomarla directamente (agua del grifo o embotellada con o sin gas), en zumos naturales (los envasados mejor sin azúcares añadidos), infusiones, refrescos, etc. También puedes aprovechar las ventajas de los caldos vegetales o el gazpacho porque contienen vitaminas y minerales de gran interés nutricional, caldos de carnes ricos además en proteínas, etc.
La acción de las cremas solares para proteger la piel de la agresión solar se puede reforzar con la ingesta de productos naturales que actúan desde el interior del organismo y son eficaces para retrasar el envejecimiento cutáneo, mejorar nuestro bronceado y minimizar los daños producidos por el sol y los rayos ultravioletas.
Los análisis realizados concluyen que son muchos los compuestos de interés y que su interacción potencia los beneficios mutuos. Podemos destacar: betacaroteno, flavonoides, licopeno, vitaminas (E, C, B), ácidos grasos omega-3 y minerales (azufre, selenio, manganeso y zinc, entre otros). Estos elementos se encuentran en alimentos de consumo habitual como tomates, zanahorias, melocotones, naranjas, frutos secos, lácteos, pescados, brécol, etc. por lo que, si deseas broncearte, sería aconsejable que no falten en tu menú diario. ¡No olvides incluirlos en tu dieta!
Un aliado perfecto es la zanahoria, rica en carotenos y provitamina A. Es un estupendo antioxidante y protege nuestra piel de los rayos solares. Prepárate un zumo con dos zanahorias, un tomate y una naranja. Los dos primeros aportan betacaroteno y la naranja es fuente de vitamina C. Resultan una combinación perfecta para broncearse sin riesgos, pero no abuses porque por su composición nutricional lo adecuado es tomarse uno al día.
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