Las rupturas sentimentales son situaciones traumáticas y muy dolorosas comparables a la pérdida de seres queridos. El desequilibrio emocional es alto y la sensación de angustia y desorientación son parte de las consecuencias de una ruptura sentimental.

Es digno de mencionar que existen diferentes situaciones que desencadenan una ruptura emocional y por tanto sus consecuencias emocionales varían: no es lo mismo romper una relación de forma consensuada, meditada y hablada, que una de las partes sea la que tome la iniciativa de acabar con la relación; en este último caso, la persona que decide romper ha tenido un tiempo para asimilar el cambio, la otra parte recibe el “golpe” de forma traumática.

De todas formas, en toda ruptura sentimental está contrastada una etapa denominada duelo, un periodo que se puede dividir en varias partes:

1. Golpe Inicial. Esta parte aglutina la reacción inicial ante la ruptura. El momento preciso de ser conscientes de la ruptura y de que no hay vuelta atrás. La incredulidad es el sentimiento más característico en esta etapa, en ocasiones no se tiene consciencia de la ruptura y sus consecuencias hasta varios días después.
2. Falsas Esperanzas. Una vez asimilado la ruptura se abre un periodo mental en el que se afina la estrategia necesaria para conseguir recuperar la relación. Un juego mental de falsas esperanzas, negación de la realidad y pobre autocrítica. Pasado un tiempo, la situación va tomando un estado más natural en la mente, la realidad va tomando posiciones y con ello la actitud frente a los demás.
3. Dolor. Asimilada la realidad, no la ruptura, comienza la etapa más complicada un periodo de tristeza, decaimiento y baja autoestima, aislamiento social, incomunicación, culpabilidad o victimismo. Es importante rodearse de personas de confianza capaces de ofrecer su punto de vista desde fuera, de centrar a la persona y animar a caminar por su dolor.
4. Aceptación. Pasado un tiempo llega el periodo de aceptación, caracterizado por un estado en el que se abre la mente a otras opciones: el tema de la ruptura comienza a ser secundario, se intenta disfrutar de los momentos y la persona se dedica tiempo a sí misma. Es el momento de coger el timón de la vida y reorganizar el rumbo hacia nuevas metas.

Las rupturas sentimentales son una situación muy seria, algunas personas pueden llegar a sufrir trastornos emocionales graves, dependencias sentimentales perjudiciales e incluso episodios depresivos. Por ello, es conveniente rodearse de personas de confianza, vivir en un entorno que permita compartir el dolor de manera sana y positiva. Es también recomendable acudir a un especialista si la salud emocional, con el paso del tiempo, sigue muy dañada.