Actualmente, ocupan nuestra mente todo aquello que nos gusta, que deseamos y los problemas que generan su ausencia. Continuamente, en la televisión, por la calle, en Internet… nos avasallan ofreciéndonos innumerables cosas para comprar. No importa qué, siempre habrá algo nuevo que necesitar.

Entonces nosotros nos empeñamos en medir nuestra felicidad en base al número de cosas nuevas que nos podamos permitir. Pero éste siempre es un juego perdido, nunca podremos encontrar plena satisfacción de esa manera, pues continuamente nos están ofreciendo novedosos productos, ¡mucho mejores que los anteriores!

Efectivamente, la mayoría vivimos en una sociedad que tiene unas exigencias a las que no podemos darle la espalda; aunque sí podemos adaptarla a nuestras necesidades y condiciones para ser felices. Y una forma de empezar a hacerlo es aprendiendo a necesitar menos. Es muy conocido el dicho: no es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita, y no por ello deja de ser menos cierto. Hoy en día, con una situación económica tan complicada, nos será de gran ayuda necesitar menos cosas. Pero, ¿cómo conseguirlo?

Es realmente fácil, aunque no lo creas: valorando y agradeciendo todo aquello que ya tenemos. Posiblemente, por desgracia, haya en tu vida determinados aspectos que no consideres adecuados para agradecer, como enfermedad, ausencia, escasez…y, por supuesto, estás en tu derecho de sentir que no quieres todo eso. Sin embargo, también, incluso en los peores momentos esas situaciones nos pueden regalar pequeños tesoros que contribuirán en el futuro en nuestra búsqueda de la felicidad. Quizá hoy no seas consciente de ello, pero el tiempo te ayudará a apreciarlo con más claridad.

Además, en tu vida seguro que también tienes muchas otras cosas que sí merecen la pena, y que son perfectas para ti, si sabes prestarles la atención adecuada. Revisa tu vida y hallarás situaciones, personas, objetos… que realmente son positivos en tu día a día. Encuéntralos y da las gracias por ellos cada día. No importa a quién o qué se lo agradezcas; lo importante es que tú habrás cambiado tus vibraciones, serás un poco más sabio. Habrás comenzado a necesitar menos y, lo más interesante, habrá comenzado a valorar más tu vida, que seguro tiene cosas maravillosas.

Levántate cada mañana con ánimo, alegría, agradeciendo todas aquellas cosas buenas que tienes ahora, y las que tendrás en el futuro; la vida te corresponderá con una gran sonrisa y un precioso ¡Gracias!