Pensar en un buen café nos estimula ya antes de que sus componentes lleguen a nuestro organismo. Curiosamente recurrimos a él en situaciones muy diferentes: para despertarnos, para relajarnos charlando con amigos, en el trabajo, etc. Y no hay que cambiar el plan, pues se adapta a todo.

Han aparecido estudios en los que se relaciona el carácter del consumidor con el tipo de café que más le gusta. Y, al leerlo, parece que han acertado, aunque los consumidores seamos volubles y no siempre pidamos lo mismo. Cortado, sólo, con leche, sin azúcar, descafeinado, etc., pues son muchas ... + leer más